Cinco cosas que (probablemente) no sabías sobre Silvia Muñoz de Morales, la novia de Vegetta

Puede ser que la hayas conocido a raíz de que Vegetta 777 confirmara que estaban saliendo juntos pero, lo cierto, es que Silvia Muñoz de Morales lleva más de 10 años siendo youtuber y con una legión de seguidores que asciende hasta el medio millón.

Silvia compagina el mundo de las influencers, los eventos y las campañas publicitarias con sus clases en la universidad para convertirse en periodista. Unas clases que ahora realiza de manera telemática no solo por la pandemia sino porquese ha mudado a Andorra.

Si vienes del mundo gaming (o no) y acabas de descubrir a esta joven de 24 años, aquí va una lista de cosas que (probablemente) no sabías sobre Silvia Muñoz de Morales.

1. Tiene una hermana melliza. Vale, puede que esto sí que lo sepas, porque con poco que mires sus redes sociales puedes apreciar fotos junto a una joven que parece su doble: Noelia.

Lo que seguramente no sepas es que Noelia y Silvia nacieron en Puertollano (en Ciudad Real) y entre los tres y los cuatro años se mudaron a Barcelona, aunque regresaron a Castilla La Mancha poco después. Además, sus padres no tenían muy claro qué nombre ponerle y se debatían entre diferentes opciones: Melodi, Claudia o Norma, como su madre.

2. Sus padres se separaron a los siete meses de que nacieran y tiene dos hermanas por parte de padre: Laura y Marta.

3. Su mayor ídolo en la adolescencia era Hannah Montana. Era tal su obsesión con este personaje de Disney (que no con Miley Cyrus) que tenía todo el merchandising que existía: cojines, colchas, el diario secreto... Silvia hasta ganó un concurso para conocer a Hannah Montana en persona, pero no pudo asistir.

4. Le fascina la moda vintage y de época. Compra mucho en la tienda Maggie Vintage de Madrid, por eso no es raro verla dedicando un vídeo en su canal de YouTube para conseguir el look perfecto inspirado en 'Mujercitas' o los 'Bridgerton.

5. Tiene la autoestima muy alta, lo que puede hacer que otras personas la perciban como una creída. Sus niveles de exigencia son tales que le provocan estrés que necesita liberar llorar, tomarse una tila e ir a dormir: "te deja relajada y liberas todo lo que tienes dentro", cuenta en uno de sus vídeos.