VIDA SALUDABLE
Ibai y su 'batalla' con el gym: "Es la primera vez que tengo ganas de volver"
El streamer vasco vuelve a intentarlo con el ejercicio físico y los hábitos saludables, una lucha que lleva años librandopública y privadamente.
Publicidad
"No sé cuántos millones de seguidores tengo, no sé cuántas cosas he hecho en mi vida, y a pesar de todo a día de hoy tengo inseguridad con mi sobrepeso". Que alguien de la talla (literal y figurada) de Ibai Llanos diga eso es un buen recordatorio de que la fama, el dinero y el reconocimiento profesional no son suficientes tener la autoestima asegurada.
El streamer es quizá el influencer más comprometido con la causa gordofóbica y un hacha en eso de sacarse discursos motivadores de la manga. Con todo, cuando hace un stream 'de cuerpo entero', la inseguridad es palpable. Llanos suele taparse la tripa con un cojín cuando está, por ejemplo, en un sofá reaccionando a un partido o entrevistando a un invitado. Una incomodidad que lleva años prometiéndose corregir.
"Me pasa lo mismo que con el carnet de conducir", ha dicho en más de una ocasión en referencia a sus reconocidos actos de apetito voraz cuando pasa por la cocina, y lo de las rutinas para "perder un poco de peso" han sido cíclicas pero no constantes. Por ejemplo, nada más mudarse a la mansión de Ibailand, hace año y medio, aseguró que "superaba los 160 kilos" y se "cansaba con subir las escaleras".
Durante un tiempo llegó a tener entrenador personal y a base de enfrentarse a su particular agobio logró reducir más de 15 kilos. Sin embargo, unos "horarios de mierda", "comer a deshoras" y los agobios de alguien de su responsabilidad dejaron la recuperación estancada.
En verano de 2020 se comprometió con PapoMC a "donarle 30.000 euros en subs" si no lograba adelgazar hasta los 90 kilos en un año. 12 meses después, tuvo que pagar la apuesta perdida, llevándose por el camino amistosos insultos de alguien como Courtois. Lo de amistosos no es ironía: el streamer dijo que los porteros del Barça y Atleti eran mejores que el del Madrid, a lo que este último respondió con un "puto gordo", con un cachondeo sincero sobre el tema.
Es de hecho el insulto más repetido hacia el vasco y, en realidad, uno de los que menos le afectan. No es raro verle tuits reconociendo lo sexy que se siente delante del espejo, y con la parte de cachondeo que le caracteriza no nos cuesta pensar que tienen un toque de verdad. "Lo que más me gusta es comer", dice, y como prueba el banquete que se metió en el restaurante barcelonés de Jordi Cruz.
Con todo, la costumbre del sedentarismo podría estar llegando a su fin. Hoy mismo afirmaba en un tuit que lleva una semana de ejercicio monitorizado y que por primera vez en las incontables que lleva queriendo hacer una rutina está deseando volver al gimnasio.
Un logro, cómo no, aplaudido, que podría redondear dentro de 13 meses cuando se celebre la tercera Velada del Año. Para entonces ha prometido medirse sobre el ring con Kameto, el "Ibai francés" con el que se ha comprometido a dar un espectáculo de pesos pesados en el sector streamer. A ver si para entonces eso también es una metáfora.
Publicidad