DÓNDE Y CÓMO
Ibai quiere cumplir dos sueños en la Velada del Año 3
Las negociaciones para su celebración llevan semanas en marcha, y muy probablemente ya tenga elegidos hasta los participantes de los combates. Pero para él, hay un par de asuntos que le harían especial ilusión.
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Tres millones y medio de personas certificaron en el canal de Ibai que el boxeo, bajo unas condiciones especiales, puede ser un deporte con muchísimo tirón. Ni campeonatos mundiales entre estrellas del deporte levantan en nuestro país las mismas pasiones que ver a Mister Jägger pulverizar a David Bustamante, un espectáculo que seguramente se repita en 2023.
Lo tiene claro el streamer, convertido en una especie de promotor pirado con combates imposibles. Tras las seudo-promesas de que Rubius, Auron y algún creador de contenido francés se subirá a la lona cuando sea que se celebre la confirmada tercera edición, hay un par de sueños que Ibai quiere cumplir el día del evento.
El primero es luchar él mismo, como lleva tiempo anunciando y para lo que se ha embarcado en una aventura de cambio físico patrocinado. "No quiero romper ningún récord de perder 50 kilos en menos tiempo", asegura, pero sí está convencido para adquirir "rutinas saludables que le ayuden toda la vida". Ponerse los guantes en Twitch parece un buen añadido para alcanzar su meta.
El segundo sueño es mucho más ambicioso: inaugurar las nuevas instalaciones del Santiago Bernabéu con su Velada del Año 3. Las imágenes que el Real Madrid ha dejado ver del estadio impresionan por la tecnología punta y por cómo pueden modificar su estructura para adaptarse a eventos especiales.
El año pasado unas 15.000 personas vieron el espectáculo del vasco y sus colegas en vivo, dentro del mucho más austero pabellón deportivo de Badalona. Teniendo en cuenta que en la primera edición solo hubo un puñado de espectadores (casi todos streamers), y que en la segunda las entradas se agotaron en cuestión de horas, no es ninguna locura pensar que para La Velada del Año 3 pueda multiplicar esa cifra y convencer a los responsables del club deportivo de que unos puñetazos en Twitch pueden ser un buen negocio. Y ya de paso, cumplir dos sueños de Ibai.
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