Ludwig termina su 'stream infinito' con récord de suscriptores en Twitch

Si en 2020 fue Ibai Llanos el que se llevó el premio internacional al mejor streamer, este año ya cuenta con un candidato a la revelación de Twitch. Se llama Ludwig Ahgren -ya te hemos hablado de él- y una especie de apuesta hace poco más de un mes le ha llevado a lo más alto en la plataforma de vídeos.

Todo comenzó casi como una broma, si bien el estadounidense no es un novato en eso de retransmitir. Lleva haciéndolo desde 2018, cuando todavía era jugador profesional de Super Smash Bros, y en verano del año siguiente se dedicó exclusivamente a los streams morados.

Terminó 2020 con una audiencia sobresaliente (una media de 20.000 espectadores por emisión), pero el pelotazo le llegó el mes pasado. Fue decidió retar a los espectadores asegurando que alargaría diez segundos su emisión por cada nuevo suscriptor de pago.

Lo que parecía una estrategia más bien pobre para ganar algo de dinerito (así se lo tomaba él), le ha llevado a completar un stream ininterrumpido de 31 días, el máximo registrado hasta la fecha, con un resultado espectacular en números.

700 horas en directo que se han traducido en más de 280.000 suscriptores, que te recordamos que pueden pagar hasta 5 dólares por suscribirse. Es decir, que en el mejor de los casos sus ingresos superan de largo el millón de euros... ¡en un mes! Y eso con picos de audiencia incluso en momentos en los que estaba dormido...

Eso le ha colocado por delante de Ninja, el gigante de Twitch que regresó a su red favorita después de una temporadita en Mixer. Pero también significa que tiene diez veces más seguidores de pago que Auronplay o Ibai, los dos creadores más relevantes de nuestro país en la plataforma.

El propio Ninja se tomó la 'derrota' con deportividad, mandándole una felicitación por el logro. Mientras, Ludwig ha donado parte del dinero recaudado a causas benéficas y hecho balance de su logro con mucho sentido del humor. Siendo el primero en suscriptores del mundo, seguro que es más fácil mantener una sonrisa delante de la cámara.