Detrás de las cámaras
Los mejores momentos de Ibai Dates
El programa de citas tuvo un comienzo caótico, pero fue cogiendo fuerza en redes con unos invitados, momentos ridículos y fails que ya son legendarios.
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Los comentarios en directo del canal de Ibai en Twitch parecían adelantar un posible batacazo en la primera edición de Ibai Dates. Que si problemas de audio, una pareja que se alargaba demasiado en sus cortejos y un descontrol que no acababa de funcionar, hasta que de repente el caos se convirtió en armonía. O más bien, en cachondeo.
La adaptación digital del formato de televisión fue una anarquía que no hubiera funcionado con ningún otro grupo de youtubers tan unido como el del vasco y los suyos. Y todo porque no solo fueron capaces de dejar restos de su personalidad en redes, sino porque incluso celebraron los memes que les sacaban las vergüenzas.
¿Cómo si no explicas que Ander se sienta como un payaso al ser completamente ignorado por una de las invitadas? Tenía que recoger los abrigos a la entrada, pero se quedó más colgado que una uva. Carne de retoque fotográfico, of course.
Knekro se llevó parte del protagonismo por su actitud de 'camarero que mira de reojo si te terminas la comida', y por tirarse algún que otro triple desmontado inmediatamente por los aludidos.
Concretamente la pareja que más juego dio delante de las cámaras hizo una declaración en redes donde aseguraba que no le había "dado el móvil a nadie", por mucho que los streamer presumieran de haber ligado sin que nadie lo hubiera visto. Toma zasca:
Héctor, el pretendiente en esa cita, resultó ser un youtuber de Pokémon con bastante personalidad, algo que en Twitter sentó a veces bien pero mucho más a menudo como una búsqueda de la fama a cualquier precio. A ver, ¿qué sería de los tuiteros si no hubiera hate injustificado de vez en cuando?
Lo que podía haber acabado en desastre lo salvaron las intervenciones de cada miembro de Ibailand. Werlyb en Latin Lover,Cris en la -única- voz de la razón, y LMDshow sellando su amistad por Knekro con un beso. La magia del amor... o quizá de Twitch.
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