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¿Cuánta cultura es razonable, saludable y realista consumir cada día?

El tiempo que se puede dedicar al ocio es relativamente limitado, sobre todo entre semana. Por eso conviene administrarlo bien y organizarse para exprimirlo al máximo posible. Música, lectura, cine y series son los principales modos de entretenimiento de cualquiera, pero no todos son igual de asequibles en términos de tiempo.

-¿Cuántas ficciones eres capaz de disfrutar en 24 horas?

¿Cuántas ficciones eres capaz de disfrutar en 24 horas?Getty Images

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La música y la lectura son placeres que se pueden disfrutar combinados con otras tareas menos agradables. Sobre todo la música. Se puede escuchar en los desplazamientos, mientras se barren las pelusas o se pedalea sobre la bici sin importar si esta es estática o de verdad. El segundo más versátil es la lectura. Si bien no puede leer pasando el plumero, se puede disfrutar si se viaja en transporte público o comiendo. Sobre la bici, también. Estática, claro.

Con el cine y las series no es tan fácil. Ir a una sala requiere moverse y cierta espera. Es verdad que si eres de los que va solo al cine ese tiempo se puede aprovechar para leer o escuchar música. De lo contrario, es de mala educación. Por otro lado, una película se puede ver en el salón de casa tan cómodamente. Incluso haciendo bici estática. No es lo mismo que ir al cine, pero no todas las películas son de estreno.

El verdadero problema, objetivamente hablando, lo tienen los seriéfilos o serieadictos. Porque una película te cuenta su historia en hora y media, dos horas tres… y se acabó. Salvo que sea una de esas sagas que no acaban nunca. Eso no pasa con las series. Lo de las dos horas y listo. Lo de eternizarse sí, y mucho. El problema es que hay tantos títulos que resulta abrumador e imposible estar al día con todos. Por eso no queda otra que elegir. La pregunta es ¿cuántas series se pueden seguir al mismo tiempo? ¿Cuántas es razonable ver en paralelo? ¿Cuántas es sano?

La ‘cuenta de la vieja’ aplicada a las series

Vamos a intentar dilucidarlo con una retahíla de sumas y restas de primero de matemáticas. Empecemos por una afirmación obvia: el día tiene 24 horas. A esas 24 horas hay que restarle las ocho que dicen los expertos que hay que dormir. Nos quedan 16. De ahí eliminamos otras 9 que destinaríamos a una jornada media de trabajo. Las 8 horas estipuladas más, pongamos, una para comer.

Quedan 7+1. El +1 es porque si el nivel de adicción es muy alto, siempre se puede aprovechar esa hora para ver un capítulo mientras se come. Aunque, si nos ponemos puristas, por favor, el móvil y la tablet no son la mejor opción para ver series. Eso y que si vas a comer en la oficina, mejor relacionarse con los compañeros y no convertirte en el friki que come solo, con los cascos puestos y con la nariz metida en el móvil/tablet/ordenador. Los hay que aprovechan esa hora para ir al gimnasio y mientras, leer o escuchar música.

Así que nos quedan 7 horas. Son muchas, pero hay que tener en cuenta los desplazamientos al trabajo. Si eres autónomo y desarrollas tu actividad en casa, eso que te ahorras. Pero también perderás mucho tiempo libre cada tres meses para hacer la trimestral del IVA y el IRPF que te exige Hacienda. Una cosa por la otra.

Volviendo al recuento, pongamos que vives en una gran cuidad, tienes suerte y llegar al trabajo te lleva solo una hora entre ir y volver. Eres de los afortunados que no tiene que cruzar la cuidad de punta a punta y aprovechas ese viaje para leer o escuchar música. Te quedan 6 horas.

Descanso, desplazamientos y jornada laboral, tachados de la lista. Quedan otras tareas como cocinar: desayuno+comida+cena=1 hora. Las tereas de la casa llevan su tiempo. Qué menos que pasar la escoba, fregar los platos (poner el lavavajillas y colocarlo al final te lleva un rato) y hacer la cama. Todo digamos que media hora. Vives solo y eres muy rápido.

Ahora ya solo tienes 4,5 horas libres. Tienes que ducharte, vestirte, desvestirte… Otra media hora menos. Todas esas cosas suman. O más bien, restan tiempo para ver series. Y luego está lo de hacer ejercicio. Hay quien recomienda 30 minutos al día durante cinco días a la semana. Eso hace que te queden alrededor de 3 horas, porque al gimnasio hay que ir, volver y ducharse. Eso o haces bici estática en casa, delante de la tele, mientras ves un capítulo.

Los imprevistos también restan. Puede que tengas que ir a hacer la compra, al médico, algo de papeleo, tomarte algo con un colega a la salida del curro, o que te cruces con el vecino plasta del quinto que te está contando la última movida del bloque o, peor aún, ya ha visto este capítulo que tú no has podido ver. Cualquier cosa puede pasar y hay que dejar cierto margen para ello.

Al final lo que te quedan son… 180 minutos

Vale, un día normal, sin imprevistos y sin sorpresas en tu horario seriéfilo, te quedan 3 horas para dedicarle a este hobby tan adictivo. Eso si vives solo y no eres de los que habla a diario por teléfono con amigos, pareja o padres al llegar del trabajo. Con 3 horas te da incluso para ver una película de las largas, que ahora pocas duran 90 minutos. ¿Y series? ¿Cuántas puedes ver?

Con 180 minutos al día –los fines de semana obviamente hay más tiempo disponible pero no es saludable encerrarse en casa a ver series cual poseso porque hay que salir, socializar, airearse que dicen las madres…–, te da para ver, tranquilamente, dos series, dos dramas. Dos porque aunque el estándar americano marca que los capítulos son de 50 minutos, luego están esas de cierto portal de VOD que duran lo que les parece. O las británicas de tres capítulos de 90 minutos cada uno. O las españolas, escritas para 70 minutos, pero que su emisión dura más de dos horas. Si eres más de comedia, estarás de suerte porque los capítulos son más cortos. Salvo, de nuevo, si son españolas.

¿Eres de atracón o de entregas semanales?

Total, que entre semana más o menos te da para ver dos capítulos al día, porque los médicos recomiendan evitar las pantallas al menos media hora antes de irse a dormir para conciliar mejor el sueño. Calcular el número de series depende de si esos dos capítulos de media que puedes verte de manera diaria son de un mismo título porque está disponible la temporada completa o se emiten semanalmente.

Si eliges la segunda opción y serie nacional, te da para un título por día, cinco a la semana y atracón el finde opcional. Si las ves en plataformas de VOD, sin anuncios, entonces las combinaciones se multiplican y van de una a 10. Puedes hacerte un maratón y verte dos episodios de la misma cada día hasta acabar la temporada. O ir picoteando de 10 títulos distintos. Allá cada uno con su salud mental. Porque ver 10 series a la vez acaba provocando tal cacao que no se sabe qué se ha visto y dónde. Lo más razonable sería cinco y tener vida más allá de la pantalla.

Como en todo problema matemático, siempre habrá salvedades y las variantes son infinitas. Que se esté en paro, que se trabaje a media jornada, que se tarde más o menos en ir a trabajar, que se pase olímpicamente de hacer ejercicio o todo lo contrario, que se prefiera leer en lugar de ponerse delante de la tele, que te paguen por ver series…

Y luego está una variante que tirará por tierra cualquier cálculo que te hagas: la paternidad/maternidad. Porque si eres padre o madre, tu tiempo ya no es tuyo. Ni para el ocio, ni para dormir. Siendo así, lo más probable es que las series que veas sean de dibujos animados, igual que las películas que irás a ver al cine y que lo único que leerás sean cuentos. Lo de la música alienante y repetitiva es otro cantar.

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