MAD COOL 2022

La misa pagana de la sacerdotisa Florence

Florence and The Machine, Kings Of Leon y Pixies triunfan en la cuarta jornada del Mad Cool.

Florence Welch durante uno de sus conciertos

Florence Welch durante uno de sus conciertosAgencia EFE

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Ayer hizo aparición en el Mad Cool una diosa de la música, una suma sacerdotisa del rock llamada Florence Welch y los que estábamos allí presentes asistimos hipnotizados a su misa pagana llena de canciones épicas mientras ella corría por el escenario flotando en sus vaporosas túnicas rojas.

Pero primero tenemos que volver la vista atrás a unas horas antes, a las siete de la tarde, cuando bajo el sol abrasador Guitarricadelafuente congregaba a un buen numero de fieles deseosos de emocionarse con las canciones de este original cantautor que nos transportan a otra época.

Nadie había congregado tanta gente a esa hora ninguno de los otros días del festival y Guitarrica respondió encandilando con su personal acercamiento a la música de raíz mientras presentaba las canciones de su disco 'La Cantera'.

Una pena que por una fallo en la organización de los horarios por parte del festival le acabaran cortando la música de forma brusca, dejándole a mitad de una canción, mientras ya empezaba a sonar Leon Bridges en el segundo escenario.

Esperaba mucho más de este cantante de neo soul que me enamoró en 2015 con su primer disco 'Coming Home' y que a pesar de la gran banda de la que estaba rodeado, de su gran voz y de sus grandes canciones no consiguió engancharme.

Un chute de nostalgia con Pixies

Después nos giramos al escenario principal para viajar a los años ochenta con Pixies que mezclaron sus grandes canciones que cambiaron la música para siempre con versiones increíbles de Neil Young en ‘Winterlong’ y de The Jesus and Mary Chain en ‘Head On’.

Black Francis se derretía mientras cada vez más gente llegaba para verles cantar ‘Monkey Gone To Haeven', 'Wave Of Mutilation' o 'Tame' entre otras. Un concierto correcto y con buen sonido pero falto de cierta intensidad que sólo se incendió en canciones puntuales como 'Where Is My Mind', 'Gigantic', 'Here Comes Your Man' o 'Debaser'.

Se tocaron todos los clásicos imprescindibles pasando por completo de los cuatro últimos discos de su carrera que han publicado en la última década. Una de esas bandas imprescindibles que no han sabido reinventarse y han acabado convertidas en un chute de nostalgia ochentera.

El rock sureño contenido de Kings Of Leon

A las 23:00 ya estábamos de vuelta al escenario dos preparados para hora y media de crudo rock sureño mezclado con himnos llena estadios a cargo de Kings Of Leon.

Caleb Followil aseguró que era intimidatorio actuar después de Pixies, lo que es todo un reconocimiento a la grandeza e influencia del cuarteto de Boston en la música, pero se equivocaba. Lo que realmente era intimidatorio es tener que actuar el cuarto día de un festival ante un público que ha flipado con los conciertazos de Metallica, The Killers y Muse los tres días anteriores.

Es la comparación con esos otros grandes grupos cuyos shows son gigantescos lo que hace que el concierto de Kings Of Leon parezca más pequeño de lo que es. La familia Followil suena potente, toca con maestría y tiene una colección de canciones soberbia llena de momentos especiales como 'Closer', 'Pyro', 'Revelry' o 'Tape Jean Girl' entre otros.

Los momentos más festivaleros han llegado al final del concierto cuando todo el mundo coreaba ‘Use Somebody’, bailaba con ‘Fans’ y gritaba hasta perder la voz con 'Sex Is On Fire'. Un grupazo que en mi opinión tiene canciones mucho más grandes que lo que luego suenan en sus conciertos.

La misa pagana de Florence + The Machine

El de Florence era el concierto que más ganas tenía de ver todo el festival, las expectativas eran muy altas y se cumplieron con creces. La que era la única cabeza de cartel femenina del festival dio ofreció un conciertazo con mayúsculas que fue más una misa pagana rock en Florence Welch ejercía de suma sacerdotisa flotando en su vaporoso vestido rojo.

La cantante londinense y su banda presentaban las canciones de su último disco 'Dance Fever' sin olvidarse de los grandes clásicos con los que conquisto a todo el mundo entre 2009 y 2012.

Desde los primeros sonidos de ‘Heaven Is Here’ y la poderosa ‘King’ con las que abrió el concierto Florence no paró de correr de un lado al otro del escenario descalza como si fuera un ángel flotando.

El acelerado ritmo de 'Free' que nos invitaba a ser libres dio paso a la locura con 'Dogs Days Are Over' que incendió al público. Welch obligaba a la gente a “guardar los móviles y disfrutar del momento”, antes de bajar del escenario para caminar entre entre los asisentes que no han perdido la oportunidad de tocar y abrazar a la artista como si de un profeta se tratara.

"Deja todo tu amor y tu anhelo atrás. No puedes llevarlo contigo si quieres sobrevivir", gritaba Florence en la letra de la canción. Durante hora y media nos olvidamos de todos nuestros problemas para perdernos en el ritmo, la música y el embrujo de Florence.

No es un concierto de rock al uso, es un concierto mucho más grandioso en el que elementos de electrónica y de chamber pop conviven con estribillos y riffs más tradicionales. Canciones que crecen en las manos de los ocho músicos que acompañan a Florence en el escenario, sus inseparables Isabella Summers a los teclados, Dan Ackroyd a la guitarra y Tom Monger al harpa.

Momentos para saltar en 'Cosmic Love', para estremecerse en 'Never Let Me Go', para inundar el Mad Cool con las luces de nuestros móviles y para experimentar la catarsis final con 'Shake It Out' y 'Rabbit Heart'.

Tras una actuación tan emocionante y absorbente no nos quedó más remedio que pararnos a reposar lo que acabamos de vivir y terminar volviendo a casa a costa del concierto de Royal Blood cuyas atronadoras guitarras escuchábamos en la distancia.

Esta quinta edición del Mad Cool ha sido la que menos me he aventurado fuera de los dos escenarios principales y ayer volvió a ser el plan establecido. Encadenamos Guitarricadelafuente, con Leon Bridges, con Pixies, con Kings Of Leon, con la todopoderosa Florence.

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