CONCIERTO
De Málaga para Madrid City: Ana Mena cierra ciclo y solo se casa con su público
Como una novia a la fuga que solo se casa con su público, tal y como ha dicho, Ana Mena ha reclamado este domingo por segunda vez en su carrera el Wizink Center de Madrid, cerrando así un ciclo de la mano de amigos como Abraham Mateo o Belén Aguilera.
Publicidad
Lo ha hecho a lo grande, con una producción muy divertida, ideada únicamente para esta noche y con todo lo que su público pudiera demandar de ella: 16 bailarines, un octeto de cuerda para tan solo un fragmento de canción, una escalinata, gorgoritos, drama, mucha melena al viento y hasta un vestido de novia.
"No sabéis lo que ha sido preparar esto. Os quiero dar las gracias por estar aquí en esta noche especial para mí; hemos querido ponerle todo el corazón, esfuerzo, sacrificio y el tiempo que no teníamos pata cerrar esta etapa de la manera más elegante que se nos ha ocurrido, que era una boda", ha explicado al inicio de esta velada, construida como un relato sentimental.
Más de 16.000 personas según cálculos de su oficina, el formato completo, no han querido perderse la cita especial en el viejo Palacio de los Deportes de Madrid, a solo unos días de que cambie su denominación por la de Movistar Arena, para cantar con ella grandes éxitos como 'Las 12', 'Música ligera' o, cómo no, 'Madrid City'.
Entre ellos han estado figuras inesperadas, como el director de cine Pedro Almodóvar, el actor Óscar Casas o Mariang y Carlos Peguer, responsables del pódcast 'La pija y la quinqui'.
De este modo ha puesto broche a la gira de presentación de su álbum 'Bellodrama' (2023), el que la consolidó como una de las solistas más importantes en España, con una firma reconocible capaz de oscilar entre la balada sensual, el latineo y el pop electrónico, y con un estatus comercial que le ha permitido visitar por segunda vez en poco más de un año este espacio.
"Ha sido el álbum con el que más he conectado y en el que me he sentido más involucrada porque las letras de las canciones y las historias son mías, por las producciones y por esa estética que me encanta, un poco vintage, un poco de los años 70, tan femenino a la vez, que es algo que llevaba persiguiendo hacer mucho tiempo", celebraba en una entrevista con EFE.
Con una estética que rememoraba esos 70, también el Telecinco de los años 90 tan ajeno al exceso textil, el concierto ha arrancado puntual a las 20,45 horas con 'Me he pillao x ti', el tema que cantaba con Natalia Lacunza.
Han sido dos horas de música y más de una veintena de cortes en los que ha cabido desde su primer (y olvidado) primer álbum, 'Index' (2018), del que ha cantado la simpática y sesentera 'No soy como tú crees', hasta rarezas que no había interpretado hasta ahora en España, como 'Acquamarina'.
No ha olvidado tampoco ni piezas muy recientes como 'La razón' ni otras como 'Se iluminaba' o 'A un paso de la luna', los de su exitosa incursión en Italia, en la prepandemia, cuando gracias al italorreguetón empezó a escalar puestos en reproducciones a uno y otro lado del Mediterráneo.
Para arroparla ha contado además con dos invitados de excepción, su gran amigo Abraham Mateo, que ha entonado a su lado su éxito conjunto 'Quiero decirte' en loor de multitudes, y Belén Aguilera, de la que han versionado a dúo el tema 'Como en un drama italiano'.
De lo menos lucido, probablemente para poder sobrellevar las coreografías, el abuso de los coros pregrabados con su propia voz cuando podría haber recurrido a coros en directo. Para contrarrestarlo, ha querido exhibir voz en instantes en los que se necesitaba más verdad y menos melismas, como en el clásico de Rocío Dúrcal 'La gata bajo la lluvia'.
De lo mejor, su versión de 'Música ligera' con paseo nupcial, la apertura semisinfónica junto a un octeto de cuerda del tema 'Carita triste', que formará parte de su próximo proyecto, o el remate del concierto con el pop electrónico de 'Madrid City', que ha puesto al público en pie a punto para el final total con 'Las 12' y con un pronóstico muy halagüeño para esta esforzada diva nacional.
Publicidad