FUE UN FUMADOR QUE NUNCA 'SALIÓ DEL ARMARIO'
Michael Jackson fumaba, como tú
Michael Jackson sufrió un paro cardiorrespiratorio la mañana del 25 de junio de 2009 en su mansión de Los Ángeles. A sus 50 años, fue encontrado por los miembros del servicio y alertaron al personal sanitario. Casi 10 años después de su muerte, aún hay mitos y misterios sobre la vida del artista que se recrean en las redes entre hordas de fans. Entre ellos, están las cajetillas de tabaco vacías que hallaron en su habitación. Pero ¿el Rey del pop fumaba?
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“Michael tenía vicios al igual que la mayoría de nosotros”, cuenta London A. William, quien está escribiendo un libro sobre la parte más íntima del Rey del pop. Jackson fumaba ocasionalmente, y lo hacía “principalmente cuando bebía Jack Daniels”, asegura. Eso sí, lo hacía a escondidas, o en palabras de Williams: “era un fumador que nunca salió del armario”.
Sin embargo, que Jackson consumiera tabaco puntualmente es algo que choca con la concepción de deidad que muchos seguidores tienen sobre él. Tal y como manifiesta la autora, “una cosa es ser un fan, y otra ser un fanático que no puede diferenciar los hechos de la ficción, o creer que su celebridad favorita no puede hacer nada malo”.
La mitificación de las estrellas de la música o del cine, conlleva en ocasiones a la negación de todo aquello que no encaja con su imagen perfecta e idealizada. La construcción mediática de estos personajes se retroalimenta con el fenómeno fan. Y en su configuración interviene la percepción de la propia realidad, pero también los deseos individuales de las personas que se vuelcan en la constitución de los iconos de masas.
Los ídolos mediáticos encarnan la cultura de una época y sirven de espejos de los valores dominantes de un contexto. Son el ideal a seguir, y por supuesto, un producto de consumo con el que los medios de comunicación se lucran.
De ahí que a muchos les cueste aceptar algo tan nimio como que Michael Jackson fumase. Tal y como cuenta Williams, “aunque yo sé que Michael fumaba, y aunque encontraron paquetes vacíos de tabaco en su habitación, nadie cree que el fumase”. Pero lo hizo, y significa “simplemente que era humano, no un dios”, continúa.
De hecho, su hija Paris Jackson está siguiendo sus pasos, pero “ella no lo esconde”, dice la autora. Varios medios estadounidenses la han fotografiado fumando, a pesar de que tiene solo 20 años y de que el Estado de California no lo permite hasta los 21.
Sin embargo, la mayor polémica ha surgido a raíz de un vídeo que ella misma subió a un Stories de su Instagram en el que aparecía con un cigarro de marihuana. Ha sido criticada por diversos fans que no parecen estar muy de acuerdo con este consumo, pese a ser legal en su Estado.
“Tu padre no te permitiría fumar eso. Piensa en lo molesto que estaría”, le comentó un usuario a través de Twitter. Con una actitud paternalista, aseguraba que él solo intentaba ser la voz de los padres que Paris no tiene. “Creo que lo estoy haciendo bastante bien teniendo en cuenta las circunstancias”, le contestó la modelo a través de la red social.
Quizás para muchos, el legado e imagen de Michael Jackson deba ser conservado por sus hijos. De ahí que muchas personas que vean a Paris fumando, “encuentren excusas para negar eso también”, advierte London A. Williams.
Reconocer las debilidades de uno de los grandes quizás signifique para algunos un mayor acercamiento a sus ídolos. Para otros, simplemente es algo que enturbia una figura que nunca podrá ser reemplazada. En cualquier caso, “el hecho de que Michael fumara de vez en cuando no lo hacía una mala persona, ni mucho menos”, apunta Williams. Simplemente, lo convierte en un ser humano.
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