ENTREVISTAMOS A REBECA LANE, RAPERA FEMINISTA Y ANARQUISTA
Rebeca Lane: “En Guatemala, la violencia sexual está normalizada: 80.000 menores de 18 años quedan embarazadas al año”
La rapera guatemalteca es uno de los grandes referentes del rap feminista. Durante todo el mes de junio estará actuando en España.
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El rap, como otros tantos géneros musicales y salvo contadas y honrosas excepciones, ha estado marcado por una presencia mayoritariamente masculina. No sólo en cuanto al porcentaje de mujeres en el género: también respecto a las temáticas, a menudo rebosantes de clichés tradicionalmente relacionados con roles masculinos.
Como en todo, las mujeres piden paso, también en el mundo del hip hop. Lo hicieron La Mala Rodríguez, Arianna Puello o la añorada Gata Catanna. Y lo hacen también artistas latinoamericanas como la cubana Danay Suárez, la ecuatoriana Caye Cayejera o, muy especialmente, la guatemalteca Rebeca Lane.
Se autodefine como “rapera y activista de la cultura hip hop, feminista y anarquista”. También como “centroamericana orgullosa de mis raíces mestizas”. Rebeca es, además, socióloga. Un cóctel que ha plasmado en discos como ‘Canto’ (2014), ‘Poesía venenosa’ (2015), ’Alma mestiza’ (2016) o el recién publicado ‘Obsidiana’, que la trae a nuestro país durante todo el mes de junio. Serán, en total ocho fechas: 2 de junio en Vitoria, 6 en A Coruña, 7 en Vigo, 11 en Sevilla, 15 en Madrid y 23 en Zaragoza para llevar su música al público español.
Empecemos por ahí: por la música. “Creo que se algunos han intentado encasillar mi rap por su contenido y no tanto por la músicalidad”, reflexiona Rebeca Lane en conversación con Tribus Ocultas.
“Quisiera que le dieran el mismo valor a una propuesta que tiene colaboraciones de todo tipo y que mezcla los ritmos populares y autóctonos de nuestra región con los sonidos clásicos y modernos del hip hop”, reivindica.
La realidad es que resulta complicado separar la propuesta musical de Rebeca Lane de su contenido lírico y político. Y sin embargo, ella tiene claro que ese posicionamiento es sólo una opción. ”El rap es diverso, y no necesariamente tiene que transmitir un mensaje de lucha. En mi caso lo tiene, porque yo soy una mujer que lucha”.
La lucha está dando sus frutos: “Las mujeres somos cada vez más más visibles en distintos géneros musicales. Y es gracias a nosotras mismas: ante la falta de representación de nuestros intereses y gustos en la industria musical, nos hemos empoderado y hemos tomando el espacio. Sí: los espacios machistas siguen siéndolo, y cada vez que intentamos cuestionarlos nos responden con violencia. Así que nuestra estrategia ha sido crear espacios propios”.
Pese a que esos espacios propios no paran de crecer, nadie dijo que fuera fácil. “Abrirse paso en el mundo del rap es más difícil para las mujeres. La mayoría tiene que luchar primero en sus propias familias para romper con los paradigmas machistas y los roles que nos imponen. En el hip hop mismo es difícil que los compañeros nos den el espacio que merecemos: hay que pelearlo constantemente”.
Una cosa está clara: los jóvenes escuchan más rap que nunca. Pero a menudo, las letras parecen centrarse más en temáticas que poco tienen que ver con el mensaje emancipador de Rebeca Lane y mucho con atributos como la soberbia, la ostentación, la competitividad y sí: también el sexismo.
“Creo que se debe a una diversidad de razones”, opina Lane. “Generalmente, tiene que ver con la vida en el barrio, con la marginalización de las juventudes migradas, racializadas o refugiadas, con el empobrecimiento y con la falta de acceso a una educación liberadora. Ese tipo de letras responden a un sistema que tiene a las juventudes olvidadas para que sean mano de obra barata o se perpetúen ciclos de pobreza y violencia”.
¿La solución? Como en casi todo, la apertura de miras. “Cuando en el hip hop empecemos a dialogar más, a abrir espacios educativos que sean amorosos y espacios seguros para todas, las actitudes y mensajes que mandan los raperos y raperas empezarán también a cambiar”, vaticina.
Ese diálogo ya está teniendo lugar. De ahí la conexión de Rebeca Lane con artistas españolas de rap femenista como La Furia, con quien ha colaborado.
“Las mujeres estamos empoderándonos en todos los ámbitos, y esto ha permitido que, con todas nuestras diferencias, podamos alzar la voz respecto a las grandes violencias que vivimos las mujeres e identidades y sexualidades disidentes: el abuso sexual, la violencia femicida o el acceso desigual a derechos fundamentales son grandes temas que compartimos las mujeres en todo el mundo”.
Eso sí: al hablar de fronteras, las diferencias se hacen más evidentes. Lane lanza preguntas para la reflexión. “¿Cuántas mujeres están en situación de migradas o refugiadas en Europa con mayores desigualdades que las que han nacido aquí? ¿A cuántas se les ha cerrado la frontera? ¿Cómo es la vida para las mujeres racializadas en el contexto europeo? ¿Y en los países desde donde las mujeres decidimos salir hacia otros lugares para buscar una mejor vida?”.
Tras el diagnóstico, Lane pone encima de la mesa el tratamiento. “Es necesario que las mujeres de todo el mundo alcemos la voz y hablemos de las violencias estructurales que nos atraviesan, pero también que las mujeres más oprimidas sean escuchadas y sus demandas sean igual de importantes que las de las mujeres blancas, para que todas las mujeres del mundo escuchemos y actuemos por todas, no solo por las nuestras”.
El peligro de ser mujer en Guatemala
Rebeca conoce de primera mano esas diferencias. “Guatemala es uno de los países más peligrosos del mundo para ser mujer: cada año hay de media 800 femicidios, y apenas es la punta del iceberg. Hay muchas más mujeres viviendo situaciones de violencia en sus círculos cercanos".
"La violencia sexual está normalizada: cada año unas 80.000 menores de 18 años quedan embarazadas, a menudo a causa de violaciones de personas cercanas. Además tenemos un estado conservador que legisla sobre los cuerpos de las mujeres desde sus ideologías religiosas. Si a eso le sumamos la violencia política hacia las mujeres defensoras del territorio, el resultado es que ser mujer en Guatemala es una tarea de supervivencia cotidiana. Una tarea que cansa, que pesa y que da miedo”.
¿Un consejo para las raperas del futuro? Quizá, más bien, una petición. “Que apoyen a las raperas de la escena. Que asistan a sus conciertos y compartan su música. Si no nos apoyamos entre nosotras ¿quién lo hará?”. Ella predica con el ejemplo. “Ver a otras mujeres cumplir sus sueños y triunfando me inspira, y por eso las sigo de cerca. También es importante unirnos entre nosotras y trabajar juntas: tenemos que aprender a amarnos entre mujeres, porque el patriarcado nos ha inculcado que somos enemigas”.
Está claro: hacen falta más mujeres haciendo rap. Y no sólo mujeres. “Mujeres, lesbianas, bisexuales, mujeres trans, personas no binarias, hombres trans, intersex… Personas con distintas capacidades”, concluye Rebeca. “Personas que no cabemos dentro del molde”, apunta.
Para seguir ensanchando ese molde, nada como buenas canciones. Antes de despedirnos, le pedimos a Rebeca Lane que nos dé su receta para la canción perfecta. También lo tiene claro: hacen falta cinco ingredientes: “Poesía, metáfora, introspección, honestidad y buenas melodías”.
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