REVISTA NUEBO
Steve Lacy: "Estaba prendado del Guitar Hero hasta que llegó el momento de algo real"
El r&b y el soul tienen un nuevo chico de oro. y nadie puede negar que sea hijo de su tiempo: se aficionó a eso de la música siendo un chaval gracias al guitar hero', y a los 16 ya empezó a hacerse un nombre como productor grabándolo todo con su iphone. con su último trabajo 'Gemini Rights' se ha convertido en la voz (sensual) de su generación.
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HAY ALGO INDISPENSABLE A LA HORA DE HACER FORTUNA. O para alcanzar la fama. O simplemente, para encontrar tu lugar en el mundo: estar en el sitio adecuado en el momento oportuno. Steve Lacy tiene experiencia en ello a pesar de su juventud. Su exitosa trayectoria es fruto de una sucesión de hechos que parecen darle la razón a Magnolia de PT. Anderson: todo, familia, absolutamente todo, está conectado.
Pero vayamos por partes. Y, para ello, no hay nada mejor que viajar al principio, al origen: Compton, California. De madre afroamericana y padre filipino, Steve Thomas Lacy-Maya podria haber nacido en cualquier otra ciudad de los States. Pero no. Lo hizo en una de las urbes con mayor ratio de pobreza e indices de violencia de EEUU. Más allá de los datos socioeconómicos. Compton es también cuna de gran parte de la nobleza rapera del país: N.W.A., Coolio, The Game.. Todos de Compton. También Kendrick Lamar sobre el que volveremos más adelante. Cuando Steve Lacy habla de Compton prefiere pasar de puntillas sobre ese estereotipo que hace de su ciudad natal algo parecido al Baltimore de The Wire. "No es el Compton retratado en Boyz the Hood", confesaba en una entrevista. "La imagen que se pinta de aquello es muy negativa. Alguien que lleva tatuado en su pecho el nombre de su localidad tiene, sin duda, otra percepción de Compton, que tiene que ver con la decisiva influencia del entomo en el hecho de que Lacy acabara dedicándose a la música. "Si, diría que inconscientemente está arraigado en mi. Ver artistas como YG y Kendrick me influyó".
Y allí, en su ciudad, el Steve adolescente conocería a la persona que le abriría las puertas de la profesión. Su madre insistió en que formara parte de la banda de jazz de la escuela secundaria, donde se haría amigo de Jameel Bruner, hermano del afamado bajista Thundercat, miembro de Suicidal Tendencies y de sobra conocido por su trabajo junto al productor Flying Lotus. Jameel enroló a Steve en las filas de The Internet, una de las bandas más prometedoras de la escena del momento, y el bisoño Lacy acabaría produciendo 6 de las 12 pistas de Ego Death (Columbia, 2015), tercer disco de la formación y primero en ser nominado a los Grammy como Mejor Album de Música Urban. Comenzaba entonces una nueva etapa en la vida de nuestro protagonista, en la que alternaba su anonimato en las aulas con formar parte de una de las bandas del momento.
"Todavía estaba en la escuela. No me iba de gira, asi que fue bastante fácil dedicarme a lo mío", recuerda. "Y, además, mi campus no era lo suficientemente modemo como para saber quién era The Internet. Vivía una doble vida. En la escuela me sentia como Hannah Montana, porque iba a hacer shows en Los Angeles con The Internet, abrir para algunos grandes artistas y luego volvía a clase y me quedaba callado. Nunca me jacté de aquello. La gente realmente no lo supo hasta que me gradué".
Llegado el momento, los miembros de The Internet decidieron sacar adelante sus proyectos en solitario. Y el bueno de Steve, cada vez con más confianza en si mismo, no tardaría en dedicarse a producir a otros artistas: Twenty 88, Denzel Curry, Isaiah Rashad. J. Cole, GoldLink y, sobre todo, Kendrick Lamar. De nuevo ese estar en el lugar correcto en el momento oportuno. Ezra Koenig (Vampire Weekend) le había puesto en contacto con el productor Dj Dahi, que ni corto ni perezoso le espeto: "Tenemos que incluirte en el nuevo de Kendrick". Ese disco era el cuarto álbum de Lamar, el aplaudido Damn (Top Dawg, 2017) Steve Lacy no tenia aún ni 18 años. ¡Boom! Y para nada se sintió intimidado... "Eran personas agradables, inteligentes y con talento. Se aseguraron desde el primer momento que yo fuera uno de ellos. No me sentia diferente a su alrededor", reconoceria tiempo después a la parque rememoraba su primer encuentro con Lamar. "Llegué con el portátil en la espalda y la guitarra en mano, listo para lo que fuera. Kendrick hablaba por teléfono y yo estaba en plan: Dejame tocarte algunos ritmos! Aterrador, pero salté del acantilado".
A Lacy desde luego no le han faltado comparteros ilustres para lanzarse al vacío: Kali Uchis, Solange. Tyler the Creator, Frank Ocean o Dev Hynes (Orange Blood) son otros de los nombres con los que ha colaborado desde que se convirtió en un fenómeno al que bautizaron como "el productor del iPhone". Como él mismo explicaria en una charla TEDxTeens a la que fue invitado por el mismísimo Nile Rodgers, que acabara produciendo con el celular se debió simplemente a razones familiares y económicas en su adolescencia siempre pedia un MacBook por Navidad, pero nunca tuvo suerte. Asi que no dudo en exprimir su iPhone con aplicaciones como iMPC, Beat Maker 20 CarageBand. Su maravilloso EP de debut, Steve Lacy's Demo(3qtr, 2017), es buena prueba de ello: un delicioso mejunje soulero con guitarras y bajos agitados en su iPhone, baterías via Ableton y ese falsete suyo tan característico en un micro apañado para la ocasión. Tan breve como sabroso. Como bien apreciaron en Pitchfork: "Solo hay 13 minutos de música en el debut de Steve Lacy, pero es tiempo suficiente para llevarse una impresión seria". Luego llegaría su primer larga duración. Apollo XXI (3qt 2019), trufado de singles tan inapelables como N Side, Playground o Hate CD, que le valieron su primera nominación en solitario a los Crammy y The Lo-fis (LM Records, 2020), exhaustiva recopilación de sus primeros pasos. Unos y otros han señalado la carrera al estrellato de un artista que, pese a ser el 101° artista del mundo más escuchado en Spotify o subirse a la pasarela para Louis Vuitton, parece eludir la etiqueta de la fama. "La fama es subjetiva: solo eres famoso para quienes piensan que lo eres. Para la gran mayoría restante no eres nadie".
Sea como fuere, este 20zz Steve Lacy parece haber encontrado un envidiable punto de madurez. ¿El culpable? Su último album, el excelso 'Gemini Rights', en el que el abandona la inmediatez que le daban sus composiciones de uno o dos minutos en pos de un cancionero quizás más estándar, pero no por ello menos rotundo. Nada mal para un chaval de Compton que con siete años comenzó a transformarse en músico a base de jugar durante horas al Guitar Hero. "Estaba prendado de aquel juego. Fue genial hasta que llegó el momento de decir: Ok, necesito algo real ahora". Pues vaya si lo ha hecho realidad...
TEXTO: Tali Carreto
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