Presentación de su nuevo disco "Ahora o nunca"
Volando junto a La Pegatina
Un concierto de La Pegatina es siempre una fiesta asegurada y la presentación de su nuevo disco en la Joy Eslava no fue menos. Las canciones de “Ahora o nunca” sonaron entremezcladas en el setlist con los grandes himnos de su carrera como “Gat rumberu” o “Maricarmen”. Dos horas del mejor mestizaje y la mejor música para volar que se hace en nuestro país.
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He disfrutado a La Pegatina concierto unas ocho veces, por lo menos, desde aquella primera vez hace más de diez años en la Sala Taboo y he visto de cerca su evolución.
Tienen uno de los mejores directos del panorama nacional y nunca bajan el nivel. Ayer presentaron su último trabajo con dos horas de fiestón en la Joy Eslva en la que tocaron las diez nuevas canciones que acaban de salir del horno y una selección de sus grandes clásicos.
Las canciones de “Ahora o nunca” siguen la fórmula que les ha convertido en una de las bandas más potentes de nuestro país: canciones mestizas, directas, pegadizas y bailables coreables a partes iguales.
Ayer abrieron con “Heridas de guerra” poniendo al público a saltar desde el primer segundo y pudimos disfrutar de temazos como “Miranda”, “Olivia”, “Non e facile” o “Una mirada” entre otras.
Parte del éxito de este grupo reside en que son mil personas en el escenario y todas tienen importancia. La incorporación de un trombón y una guitarra eléctrica han hecho que el sonido del grupo tenga más cuerpo y sea mucho más robusto. Canciones cantadas en inglés, francés, catalán y español por Adria, Ruben, Romain y compañía hacen que el concierto nunca tenga momentos aburridos o monótonos.
Lo que si noté respecto a otros conciertos es una madurez, tanto en el sonido como en los músicos en sí. Lo mejor de La Pegatina es la fiesta, los pogos y los momentos coreables pero ayer disfrute especialmente de las canciones más calmadas como “Alosque”, “Y se fue” o “La tempestad”, una de las más potentes de su nuevo disco.
No faltaron para cerrar “Maricarmen”, “Lloverá y yo veré” y nos pudimos ir casa contentos. Estábamos reventados pero teníamos una sonrisa de oreja a oreja. Lo mejor siempre está por venir y el 22 de diciembre toca verlos de nuevo, esta vez en el Wizink Center.
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