OBTENDRÁ SU MERECIDO
Acosan sexualmente a una streamer en la calle, y las redes consiguen identificar al agresor
Esta streamer de Hong Kong estaba haciendo un directo IRL en su canal cuando un desconocido se acercó a ella y la acosó sexualmente, llegando incluso a empujarla contra una pared para tocarla. La grabación del momento ha servido para que las redes identifiquen al agresor.
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Cada vez son más las personas que deciden crear contenido en redes a través de los streams IRL, en los que una persona lleva el móvil consigo allí donde va para emitir parte de su día en directo. Esto ha llevado a que se capturen en cámara situaciones de lo más surrealistas, pero pocas han sido tan graves como la que le ha ocurrido esta semana a una streamer de Hong Kong: mientras caminaba por la calle, un desconocido empezó a acosarla sexualmente, y fue necesaria la intervención de alguien que pasaba por allí para que la dejasen en paz.
El hombre empezó por preguntarle una duda sobre el transporte público para empezar a hablar con ella, y luego procedió a seguirla durante quince minutos, que quedaron grabados en el stream. Finalmente, decidió empezar a agarrarse a ella y a tocarla sin su permiso, y no se detuvo a pesar de que la streamer le pidiese que parase. Cuando se metió en el metro para huir de él, la arrinconó contra una pared hasta que ella logró zafarse de él, por los testigos que se estaban acercando a la escena.
Las redes se ocuparon de hacer todo lo que pudieron: consiguieron identificar al agresor y compartieron la información, que impactó a millones de personas. Se encontró su perfil de Facebook y se localizó dónde trabajaba, pero la empresa reveló que había sido despedido hace más de un año. Por suerte, el trabajo de las autoridades locales dio sus frutos y fue arrestado al día siguiente de que ocurriera la agresión.
Los usuarios que se han cruzado con esta noticia han mostrado su alivio al descubrir que el agresor está detenido y que recibirá el castigo correspondiente, y también han mandado todo su apoyo a la víctima, que tuvo que pasar unos quince minutos muy desagradables sin que prácticamente nadie le ayudara. ¡Habrá que pensar que bien está lo que bien acaba!
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