@BECARIA_
Carta a un machirulo ibérico indignado con el 8M y el feminismo
Becaria escribe sobre los hombres que tienen miedo al feminismo y al Día Internacional de la Mujer.
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Hola, Andrés:
Te he leído muy enfadado en redes sociales por la celebración del 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, este año con mayor énfasis que de costumbre. Tú, hombre tradicional, "buen hijo, buen marido y buen padre", por algún misterioso motivo sufres una descarga eléctrica en el cerebro cuando oyes alguna reivindicación feminista, como si te estuvieran insultando, escupiendo o amenazando con quitarte las llaves del Mercedes que no eres capaz de aparcar o algún privilegio de macho ibérico herido.
¿A qué tienes miedo, Borja? Estás exaltado contra las manifestaciones que se han anunciado para el presente 8M justificando tu crítica con la pandemia y la irresponsabilidad que supone juntarse habiendo un virus haciendo biodanzas en el aire, porque es tu excusa perfecta para lanzar dardos envenenados contra del movimiento, pero en lo que llevamos de pandemia, tú no te has perdido el tumulto en Núñez de Balboa con las cacerolas, las protestas en coche contra la Ley Celaá ni la manifestación de los negacionistas de la pandemia donde ni el apuntador llevaba mascarilla. Que, por cierto, has esquivado el virus de milagro, no porque no exista. Criticas unos "recortes de libertades" emocionales por motivos sanitarios, pero la desigualdad de oportunidades laborales, la brecha salarial, el acoso callejero, la opresión del velo, la ablación del clítoris, las violaciones en manada y la violencia machista en general, te importan tres cojones.
Ya lo sé, Manuel, las concentraciones del 8M ni te van ni te vienen, tu problema es con el feminismo y los derechos reivindicados por las mujeres. Igual que llevas todo el año echando la culpa de la pandemia a la manifestación feminista del 8M en 2020, cuando la OMS aún no había declarado la pandemia a nivel mundial y todo tipo de eventos se siguieron celebrando con una tensa normalidad, entre ellos, misas, partidos de fútbol, conciertos, fiestas en discotecas y una rave política en Vistalegre con uno de sus mesías infectado de Covid, sonándose las narices, tosiendo y dando besos y la mano a todo el que pudo. Tú te salvaste porque estabas en las últimas filas. Pero sí, Evaristo, es muy sencillo a toro pasado decir qué se podía haber hecho, poniendo el ojo crítico solamente en el 8M, y que tu esposa "ni machista ni feminista, femenina" te dé la razón y diga que ella no sufre ninguna opresión por ser mujer, y que “todas esas furcias locas no me representan”, os mete en el mismo contenedor machirulo a los dos.
Que sí, Juan, que tu concepto de igualdad es que tu mujer repita como un loro tus argumentos por no llevarte la contraria porque en realidad te tiene miedo, y con recoger un vaso de la mesa ya crees que has cumplido con tu cuota de "colaborar en el hogar", pero no te llega ni para celebrar ese “Día del hombre” que tantos años llevas reivindicando, cuando ya existe el 19 de noviembre desde 1992. ¿Te has imaginado que tu ocupación se resumiese en "de profesión padre y sus labores" como sigue siendo el caso de ella? Tu mujer, esa que crees que es de tu propiedad, no te quiere, le cuenta a todas sus amigas lo borracho y violento que eres, y no te deja porque no tiene independencia económica, pues se ha pasado la vida en casa cuidando de vuestros hijos y lavando tus calzoncillos mientras tú estabas en el prostíbulo, y debes saber que gracias a reivindicaciones feministas del pasado, María ya no necesita tu permiso para ahora buscarse un trabajo, abrir una cuenta bancaria, sacarse el carnet de conducir, viajar y darte una patada en el culo. Que te has creído que el feminismo es declarar la guerra al macho, y simplemente se trata de tener los mismos derechos, libertades y beneficios de esta mala costumbre que es vivir.
Venga, Arturito, da igual lo que cualquier color político diga sobre la manifestación del 8M, tu único interés es desbarrar y censurar la movilización con más gente afín de todas las que se han podido celebrar durante la pandemia, alguna con banderas preconstitucionales incluidas. Ante ninguna te has opuesto con este ardor ni sin él, y se te ve el plumero más que a un leopardo en celo. Y esto es lo que motiva para seguir blasfemando, físicamente y manteniendo las medidas de seguridad, desde el balcón para no hacer barullo o en cualquier red social sin salir de casa contra quienes quieren cargarse derechos fundamentales como el aborto, la educación y la libertad sexual, y contra el rebaño que les apoyáis sin ningún atisbo de razonamiento lógico ni señal de conexión cerebral racional.
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