El ser humano lleva algo más de 100 años encerrándose en salas oscuras
Cómo explicarle a un extraterrestre lo que es ir al cine para que lo entienda
No sé cómo explicarte esto, igual mejor se lo explico a un extraterrestre. El ser humano lleva algo más de 100 años encerrándose en salas oscuras para intentar transportarse a otras vidas y otras épocas. Es una práctica extraña: también se hace para pasar miedo, o para reír. No es gratis, de hecho: no es una actividad barata, y lo cierto es que ir al cine todavía no están en desuso, pese a que las plataformas de vídeo en casa (o en el móvil) son opciones más baratas y con más diversidad.
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Antes de seguir esta guía o manual de instrucciones para ir al cine, plantéate muy en serio qué tipo de pelaje tienes y sobre cuántas extremidades caminas. Si vas por el mundo a cuatro patas y ladras o maúllas, lo siento: no puedes ir al cine. Solo los seres humanos están autorizados a acceder a estas salas. Además, el Ministerio de Cultura te indicará qué pelis puedes ver, según tu edad, aunque eso es solo una recomendación.
Piensa en qué época estás. Si vives antes del año 2000, probablemente puedas ir al cine andando. Si eres una persona avanzada y tienes tu vida establecida en 2018 o en adelante, lo más común es que tengas que ir al cine en coche, aparcar en un gran parking subterráneo y llegar a la sala de cine en un centro comercial, sorteando tiendas de ropa low-cost y adolescentes de mirada lánguida que caminan en grupito y en continua diatriba sobre si son suficientemente queridos y valorados.
Antes, los cines estaban en el corazón de las grandes ciudades. Eran edificios bonitos, con aspecto de palacetes. En su fachada había muchas lucecitas, y grandes cuadros pintados a mano que reproducían el póster de la única película que ponían. Sí, antes el cine daba trabajo a los pintores, gente que había estudiado bellas artes o que había nacido con un don para la pintura y veía en los carteles de cine una salida profesional.
Cada viernes “estrenaban” cuadro en pleno centro de la ciudad. Pero con el paso del tiempo esa gente se quedó sin curro, y los carteles se imprimieron en vinilos gigantes, y después: ya no hizo falta, el cartel de la peli aparece en pantallas LCD.
Antes de ir al cine, haz un análisis de tu economía. Piensa que una sola entrada para una sola peli viene a costar lo mismo que pagas por todo un mes de películas y series de HBO, Netflix o Spotify. Y que si vas a querer comer palomitas y refresco, debes pagar el equivalente a otra entrada.
¿Palomitas? Yo te lo explico. Es maíz, que al tostarse se convierte en una nube pequeña, que cruje al ser mordida. En cierto momento de la historia de la humanidad se pensó que este cereal es el alimento más indicado masticarlo en un cine.
Porque pese a que cruje, si lo muerdes con la boca bien cerrada, apenas se escucha. Y no mancha las manos, no demasiado. Antes de pedir palomitas en el cine, evalúa en qué país estás. Si la respuesta es “Europa” (y concretamente “España”), las palomitas estarán tostadas en aceite, y probablemente sean saladas. Si estás en Estados Unidos, se habrán cocinado con mantequilla, y puede que tengan cierto sabor dulce.
Mira tu reloj. Si estás en el cine y han pasado las 16:00, estás de enhorabuena, es probable que puedas ver una película. Por el contrario, si tu reloj marca las 9:00 o las 12:00, es muy posible que el cine no esté en funcionamiento. En España, las sesiones empiezan hacia las 16:00 y terminan hacia las 22:00. Sin embargo, en Francia (y otros países molones) los cines abren a las 10:00 de la mañana, todos los días, y puedes ir (casi) siempre que quieras.
A la hora de elegir película, considera: si el póster es blanco y sale gente mirando directamente a cámara, probablemente se trate de una comedia. ¿Qué es una comedia? Un producto de ficción que pretende hacer que te rías. Si en la portada predomina el color negro, probablemente la película sea de acción o de terror.
Y si no tienes ni idea de qué quiere decir el póster, porque no es ni blanco ni negro, ni la expresión facial de los personajes te dice nada: es probable que estés frente a una película intelectual, cuidadito.
Cuando accedas a la sala, al principio habrá luz, y podrás sentarte viendo donde pones el culo. Pero si llegas tarde, no verás un pimiento, y puede que molestes a la gente y escuches un gruñido al hacer levantarles de su asiento, para dejarte paso. Esos que gruñen son quienes sí llegaron a la sala cuando había luz y ya están en trance, con intención de sumergirse en la peli: cuidado con no pisarles y hacerles una regresión espacio-temporal.
Porque sí, ir al cine es un ritual casi místico. Es una actividad innecesaria, pero que nos hace compartir una catarsis. Por eso no es muy común ir al cine solos. El ser humano va al cine en grupo, siente una excitación muy primaria cuando elige la película, compra las palomitas y se sienta en la butaca.
Es justo en ese momento, antes de entrar en la oscuridad, cuando sientes que debes decir a tu familia y amigos todo lo que jamás le has dicho, porque en breve se apagarán las luces y os sumergiréis en una vivencia extracorpórea. Pero nunca se dicen grandes cosas...
Antes de cada película hay unos 5 o 10 minutos de anuncios. Sí, parece raro que habiendo pagado casi 10 euros por entrar a un local, y otros 10 euros por unas palomitas, te estén cascando anuncios, pero aquí se llaman trailers, son pelis que podrás ver en el futuro, aunque de vez en cuando te endiñan un anuncio de refresco, condones o pizzerías.
¿Te gusta leer? ¿Tienes facilidad? Si estás fuera de España, todas la películas extranjeras tienen subtítulos, así que cada palabra que dicen los personajes, tendrás que leerla en la pantalla, así durante los 90 minutos que viene a durar esta experiencia. Si te agobia, viaja a España, allí el 95% de los cines tienen las películas dobladas, sin subtítulos.
Ahora bien, se doblan al castellano (y al catalán), si eres holandés, odias los subtítulos, y viajas a España para ver cine doblado, antes tienes que estudiar español, o considerar si tus padres lo hablaban en casa y algo de castellano chapurreas, eso lo dejo a tu buen criterio.
Durante la película, no puedes habla y no deberías ni tan siquiera consultar si has recibido mensajes o comentar nada por redes sociales. La luz de tu móvil puede molestar a los demás, porque se supone que estáis sumergidos en la más absoluta oscuridad ritual.
Y durante el tiempo que dure la película, no deberías salir de la sala. Solo está bien visto hacerlo si no te aguantas de ir al aseo. Pero ten en cuenta que por cada minuto que permanezcas fuera de la sala, habrás perdido un minuto de historia, y que probablemente te estés perdiendo la parte más importante de la peli. No, en el cine no hay forma de pulsar “pausa”. Tampoco puedes volver atrás, ni navegar por otras opciones: no puedes cambiar de peli.
Sopesa también en qué tipo de cine estás. Si vives en una época anterior a los 2000, y en la fachada del cine hay una X grande, probablemente sí puedas salir en mitad de la película sin perderte gran cosa. Son cines donde la gente va tocarse y hacer amigos, la peli es lo de menos. Y aun así, eran cines donde se iba por el propio ritual, igual que los cines de hoy: el objetivo era sumergirte en la oscuridad y dejarte llevar por un proceso que te envuelve y manipula.
¿Ves en la pantalla una serie de letras blancas que suben, suben, suben? Son los títulos de crédito del final, los nombres de todos los que han trabajado en la peli. Si es Española, tranquilo: no duran mucho. Si es americana, puedes comprar un paquete extra de palomitas.
Se encenderán las luces, y podrás levantarte. Sal de la sala, hay gente que ahora entra a limpiar el estropicio que has hecho. Se te habrán caído muchas palomitas, a veces hasta el propio refresco. Mires donde mires, parece que han matado a un alien. Camina hacia el exterior de la sala y empieza a comentar la peli con tus amigos.
Puedes usar la expresión 'son buenos actores, pero a mi el guión me parece un poco sobradito' o 'no me puedo creer que al final resulte que todos están muertos y sea un sueño'.
Atención: no digas todo esto cuando pases al lado de la gente que está comprando la entrada o las palomitas. Hacer esto está muy mal visto, porque ellos, como tú, llevan más de una hora de viaje para llegar hasta aquí, se están gastando un buen dinero en comprar la entrada, y quieren entrar a la sala bien oscura y con la máxima inocencia intacta sobre lo que van a ver.
¡Ah!, se me olvidaba: no olvides disfrutar. Pásalo bien cada minuto que pases en el cine. Disfruta de pasar miedo, de conmoverte. Y llora si es necesario, pero todo esto lo dejo a tu criterio.
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