SE ESTRENA 'LOS ÚLTIMOS JEDI', UNA NUEVA ENTREGA DE STAR WARS
#LosÚltimosJedi: ¿Cuándo Star Wars dejó de ser una saga mítica y cómo Disney exprime su franquicia estrella?
El estreno de ‘Los últimos Jedi’ acompaña a las noticias de que Disney compra 20th Century Fox. Una entrega anual que no falla en fechas navideñas y que amenaza en convertirse en la tradición de las próximas dos décadas. Aún queda ilusión para mantener la esperanza, pero la emoción se disipa año tras año. Esto ya no es un evento; va camino de ser la rutina de las galaxias.
Publicidad
Te levantas. Desayunas, y echas un vistazo a las redes sociales, a ver qué hay de nuevo. En tu feed se van deslizando las noticias del día, probablemente habrá algúna del ‘procés’, alguna otra de corrupción, lo mejor del Hormiguero de ayer y la nueva imagen de la túnica alternativa que usará Luke Skywalker en la nueva entrega de ‘Star Wars’. Sí, ya la viste ayer, pero esta vez incluye una nueva teoría fan: como la lleva puesta del revés es posible que siga la norma de los antiguos caballeros Jedi de la tercera república y sea un indicativo de que sea un espíritu y no el verdadero Luke.
El día siguiente te levantas. Meas, desayunas y vuelves al muro de las lamentaciones. Cuidado, hoy la cosa está que arde. Otra vez trending topic, #LosÚltimosJedi. Pero esta vez por algo mucho más importante: los primeros segundos del teaser que sale el viernes, que tendrá al menos 20 segundos del tráiler que llegará a youtube la semana que viene. ¡Y faltan dos años para la siguiente!, pero como en Disney son tan considerados, para hacer la espera más llevadera, te van a estrenar una película en medio el próximo diciembre.
Sí, una que no tiene nada que ver con el Skywalker, ni el Han Solo ni el pekinés de dos metros que le acompaña. Una precuela de la secuela de las precuelas con personajes de las películas originales tan memorables como el general viejo que interpretaba Peter Cushing, una incorporación tan esperada que todo el mundo alucina con la necromancia digital que se ha invocado para tener al abuelo redivivo, con un aspecto de figura de cera que probablemente dé pesadillas a tu sobrino, al que has llevado a verla en la sesión anual de navidad.
Y en estas, llega el capítulo que esperabas, la continuación de ‘El despertar de la fuerza’, que estaba muy bien, y que por fin va a sacar a Luke Skywalker de nuevo en acción. Y es la última película con Carrie Fisher. Las primeras críticas dicen que es la repanocha. La hostia en verso. Lo mejor de lo mejor. Luego ya cuando llega la segunda oleada de reseñas ya se ven más los colores reales. Pues va a ser que no, que no es la mejor entrega de ‘Star Wars’ desde ‘El imperio contraataca’. Es que resulta que ni siquiera llega a la altura de la de J.J. Abrams. ¿Qué está pasando?
Bueno, en primer lugar, desde luego que la película es peor que ‘El despertar de la fuerza’ porque, sencillamente, en sus dos horas y media sobra esa media que está llena de concesiones al blockbuster más manido y topicazo. Escenas que no vienen a cuento para lucir un poco de efectos especiales o justificar el precio de la entrada en 3D. Estamos apañados. Resulta que ahora ir a ver una de ‘Star Wars’ ya no es tan especial. Sí, ya nos había pasado algo parecido con la tríada de precuelas de George Lucas hace unos años. Pero nos habían prometido que estas eran las buenas. Y oigan, yo contentísimo de volver a ver a Mark Hamill con un sable láser de nuevo en la mano, pero la cosa está dejando de tener intríngulis.
Y el efecto no va a hacer más que disiparse más cada nuevo mes de diciembre. Porque ya no nos va a emocionar escuchar el zumbido del halo de luz, ni a los pilotos de las naves diciendo ‘lo tengo en la cola’ o ‘jefe rojo a jefe azul’. En dos años lo hemos visto tres veces, y ¡Caramba! Es normal que la droga deje de hacer el mismo efecto una vez has acostumbrado a tu cuerpo a tolerarla. El resultado es que el hálito de emoción, de ilusión y olor a evento se han difuminado. Mañana, cuando hayas terminado de ver el episodio VIII, seguramente tendrás alguna noticia en tu muro sobre todo lo que esté por pasar en el IX.
Y también sobre la nueva película de Han Solo, que también irás a ver para aguantar la espera de la conclusión. Empezará de nuevo la rueda y cuando llegue el nuevo tráiler no te acordarás de que, realmente, la última no te emocionó tanto. Pero para cuando eso suceda, a Disney ya le dará igual. Ya ha amasado tres mil millones de dólares con solo dos películas y a mitad de enero llevarán cinco mil. Toda la operación, subraya la proximidad del momento en el que la casa del ratón sea más poderosa que cualquier estudio en la historia de Hollywood. Una estrategia de marca que parece imposible de replicar en el futuro a medio plazo.
Y este éxito supone una subida del control y monopolio de la compañía. Otros estudios ya no quieren estrenar cerca de las mismas fechas. A los cines les venden paquetes leoninos de distribución abusando de la popularidad de la marca y el modelo de cine para todos los públicos se extenderá. Mientras tanto, el polvo de magia que envuelve las nuevas entregas ya no necesitará aprovecharse de la nostalgia de los cuarentones que han acudido en masa a ver las aventuras de sus héroes de la niñez o adolescencia. Ahora valdrá con seguir con la marca, el universo galáctico inacabable en el que cabrán todos los géneros sin referencias y guiños al resto de películas. Una nueva generación que leerá diariamente las conspiraciones del nuevo tráiler y que aguantará pacientemente cada nueva entrega de cada nueva trilogía. Lo que viene siendo, la rutina de las galaxias.
Publicidad