TRAS LAS ACUSACIONES DE ACOSO SEXUAL
Estas películas con el Kevin Spacey más creepy ahora perturban mucho más
Tras las acusaciones de acoso sexual, abusos y todo tipo de cadáveres debajo de la alfombra, pronunciar el nombre de Kevin Spacey no volverá a producir el mismo efecto en nosotros. Tras ser eliminado del metraje de ‘Todo el dinero del mundo’ recordamos algunos de los papeles que no solo no pueden (ni deben) borrarse, sino que provocan nuevas sensaciones encontradas tras conocer las revelaciones sobre el actor.
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Kevin Spacey nos tenía acostumbrados a papeles de tío raro. Está claro que el puntito del actor siempre ha sido el dar esa sensación de tipo más listo que los demás, casi mesiánico y que igual te resuelve una ecuación para resolver los viajes en el tiempo que igual te descuartiza en pedacitos menudos y luego se masturba.
El asesino
Hay muchas películas en las que es un asesino, o un hijo de puta con pintas, pero la mayoría son ahora más espeluznantes de lo que eran antes de que se hiciera pública su ‘mala conducta’. Es probable que nada de lo que ha pasado por sus manos sea visto de la misma manera inocente otra vez. De hecho, algunos de sus personajes se pueden ver ahora como intrínsecamente incorrectos, porque básicamente, ahora la lente con la que los vemos ha sido alterada por las acusaciones vertidas sobre él en los últimos meses
Sin entrar en el debate de si el trabajo del artista debe de valorarse de otra manera o no de acuerdo a su vida personal, es imposible en este caso que algunas de las mejores actuaciones de su carrera no se vean empañadas para siempre por errores, conscientes o no, en su vida real. Es difícil no dudar sobre lo que está pasando por su cabeza en algunas escenas de las películas de su carrera.
El malo de Batman
Empezando, obviamente por sus inolvidables villanos, como el perfecto Lex Luthor que encarnó en ‘Superman Returns’. Un misántropo con indiferencia hacia las mujeres, que trata a los demás como inferiores y sin respeto. Curiosamente, un poco lo que vienen a decir muchos de sus compañeros de rodaje, cuyo comportamiento creaba unos ambientes de rodaje imposibles en sets como el de ‘House of cards’, en la que su posición era tan poderosa que cualquiera que se quejara podría ser despedido.
No ayuda que el director de aquella cinta fuera Bryan Singer, también aficionado a los abusos a menores según las malas lenguas (lo que explicaría su misterioso despido en el biopic de Freddy Mercury). La cosa es que, con todo lo que sabemos, incluso si nos ponemos a ver una película de animación como ‘Bichos' hay escenas como la del saltamontes amenazando a las hormigas que se ven de otra manera.
En especial por ese momento en el que las antenas del insecto pasan por la cara de la princesa del hormiguero de modo siniestro. No tendría mucha relación si no se le hubiera culpado de un buen puñado de actos de acoso y contactos inapropiados a todo el jovenzuelo que llegaba al rodaje de ‘House of Cards’.
Por supuesto, su nos remontamos a algunos de sus primeros papeles famosos nos encontramos a personajes como Buddy Ackerman de ‘El factor sorpresa’, un jefe gilipollas que Spacey recrea tan bien que no es muy sorprendente cuando se oyen los rumores de que en realidad es un monstruo sin sentimientos que trata a los demás como mierda.
¿Hasta qué punto estaría actuado o jugando a ser como es en la vida real? No es una pregunta fácil pero no es la única vez que hace de jefe psicópata. También podemos encontrarle como ejecutivo sin escrúpulos, especialmente repulsivo, en la comedia ‘Cómo acabar con tu jefe’.
Ya era un papel que ya tenía ensayado en ‘Glengarry Glenn Ross’, pero en dónde llama la atención es en ‘Armas de mujer’, en la que solo salía unos minutos como Bob Speck, una encarnación física de todos yuppies ricos y sórdidos a los que Melanie Griffith debe aguantar en el Manhattan de la década de 1980.
Lo típico, te invita a cocaína en una limusina con champán y le pone un vídeo porno casualmente… y ahí es cuando Tess se da cuenta de que Speck no necesita una nueva secretaria ni está en una reunión de trabajo. Una escena pequeña pero muy visionaria.
Más inquietante, sin duda, es verle hacer de perturbado, claro. En su película ‘Dobles parejas’ era un zumbado que proponía al pobre Kevin Kline cambiarse a las mujeres de noche, si nque estas se dieran cuenta, para luego comportarse como un auténtico stalker obsesivo típico de thriller de los 90.
En esa época también nos enseñó que podía ser un lobo con piel de cordero, engañar a todo el mundo haciendo de Keyser Söze, el vulnerable delincuente de ‘Sospechosos Habituales’ que resulta ser el temible personaje del que hablan todos sus compañeros.
Pero, sin duda, es son dos roles más recordados en los que cuesta no mirar a través de la barrera del celuloide. Su John Doe de ‘Seven’, un tipo frío y sin emociones capaz de planear asesinatos tan grotescos que no parece que pueda ser humano, es ahora doblemente siniestro. Pero nada comparado a la relectura que ahora podemos darle a ‘American Beauty’, una película que ya causó indignación en el momento de su estreno.
Aunque Mena Suvari era mayor de edad, su personaje no, y la premisa ya era lo suficientemente escalofriante puesto que el antihéroe quería ligar con una chica de secundaria que era amiga de su hija. Lo peor de todo es que sea quien sea el verdadero Kevin Spacey, el resultado de sus interpretaciones es demasiado brillante como para no sentir asco-pena al ver un talento así arruinado por sus propios impulsos abyectos. Y ahora, al ver escenas como estas sintamos que se nos pone la piel de gallina, pero no precisamente de emoción.
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