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JOSÉ TORRALBA TRADUCE LAS MÁS DE 1.200 PÁGINAS DE LA OBRA QUE SE PUBLICA EN NAVIDAD

Así es la faraónica traducción de 'Jerusalem', la gigantesca novela de Alan Moore

José Torralba lleva trabajando desde 2015 en la traducción de la segunda novela de Alan Moore, de más de 1.200 páginas. Saldrá a la venta en Navidad

-Alan Moore

Alan MooreMatt Biddulph

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Cada vez que en un artículo tengo que enfrentarme a un tema espinoso; cada vez que no encuentro el adjetivo con el que quisiera vestir a un nombre y el pobrecito acaba desfilando desnudo por su oración; y, especialmente, cada vez que tengo que traducir alguna cosa del inglés o el francés, pienso en el chico al que la editorial Planeta ha encargado la traducción al castellano de 'Jerusalem', la novela de 1266 páginas que Alan Moore, el creador de 'Watchmen' o 'V de Vendetta', ha tardado diez años en escribir.

Basta echar un vistazo a la mesa de trabajo de José Torralba (así es como se llama) para comprender la originalidad de su tarea. Allí no solamente encontramos las herramientas clásicas del traductor. Vemos a José, por ejemplo, usando la función 'Street View' de Google Maps y paseándose desde su ordenador por las calles de la ciudad natal de Alan Moore, Northampton (él vive en Sevilla), pues 'Jerusalem' es ante todo un estudio en clave psicogeográfica de dicha ciudad y la historia que cuenta abarca mil años de su historia.

Una ciudad, no obstante, en la que según Alan Moore cabe el mundo entero y todas las pasiones del alma humana. Con razón 'Jerusalem' es más larga que la Biblia, y Moore confía en que también sea más útil: con sus más de 600.000 palabras el inglés se ha propuesto nada menos que “refutar la existencia de la muerte”.

José Torralba, de 33 años, empezó a traducir 'Jerusalem' en septiembre de 2015. Por razones personales, nos dice, le apetecía pasar una larga temporada en casa, concentrado en algún trabajo distinto a los que acostumbraba a hacer hasta entonces, sobre todo traducciones de cómics.

Por eso, cuando el director editorial de Planeta Cómic, David Hernando, le propuso traducir la colosal 'Jerusalem', la emoción de zambullirse en la imaginación de Alan Moore fue superior al pánico de asumir una responsabilidad tan grande y enseguida aceptó el encargo.

Desde entonces Torralba ha seguido a rajatabla un horario de oficina: trabaja de lunes a viernes desde las 9:00 a 14:00 y, luego, de 15:30 a 19:30. Cientos de horas de trabajo que, sin embargo, todavía no han bastado para terminar de traducir 'Jerusalem'.

“Actualmente, tengo una traducción basta, sin pulir”, confiesa.

“Cada personaje tiene su voz y la semántica de las frases está ahí, pero queda afinar la función poética en nuestro idioma”, añade.

No es la primera vez que José Torralba se ve las caras con Alan Moore. Antes de asumir la traducción de 'Jerusalem', ya había traducido varios de sus cómics, como 'From Hell' o el segundo tomo de 'La Liga de los Hombres Extraordinarios'. También el 'From Hell Companion', una especie de 'Cómo se hizo' de este cómic en el que se reproduce una ingente cantidad de guiones de la obra, y que sirvieron para que Torralba se acostumbrará a la prolija escritura de Moore. “Los guiones de Alan Moore son tremendamente literarios, muy descriptivos”, explica José.

“En From Hell, concretamente, usa un léxico muy rico, como cuando por ejemplo describe a la perfección los ropajes de una de las prostitutas asesinadas con un vocabulario que sería la envidia de un sastre. Por describir, incluso describe los colores de los vestidos, y eso que From Hell es una obra en blanco y negro (ni siquiera en escala de grises). El propio dibujante, Eddie Campbell, que despliega una ironía sutilísima y exquisita durante el Companion, dice que no sabía para qué Moore le contaba todo eso, pues a él le bastaba con saber si la ropa era clara u oscura”.

Hay dos capítulos de 'Jerusalem', sin embargo, que a Torralba le traen de cabeza. Uno de ellos, el 26, está narrado desde el punto de vista de Lucia Joyce, la hija del autor de “Ulises”. Lucia es uno de los personajes históricos conectados con Northampton que aparecen en las páginas de 'Jerusalem', y, según nos cuenta José, también formó parte de la vida del propio Moore.

“En sus años mozos, Alan Moore solía saltarse las clases para montar en moto con sus amigos por los terrenos de un hospital psiquiátrico adyacente a su centro de estudios. Por lo visto, la moto hacía un ruido tremendo. Y resulta que ese hospital, que es el de St. Andrew, es en el que estaba internada Lucia Joyce, quien por fuerza tuvo que oír a aquellos gamberros y su tubo de escape. De ahí su presencia en la novela.”

El problema es que el capítulo de Lucia está escrito en el estilo de “Finnegan Wake”, uno de los libros más complejos de Joyce, inspirado, según dicen en la locura de su hija, y cuya traducción al castellano es tan complicada que ninguna editorial patria se ha atrevido a emprenderla. El propio Moore dijo en una entrevista para The Guardian que el capítulo resulta totalmente incomprensible, escrito como está, por entero, en un estilo subjoyceano completamente inventado.

“Ya no es solo cuestión de que Moore haga gala de la corriente de conciencia de Joyce”, asegura José Torralba, “sino que el lenguaje se va desestructurando progresivamente, primero con contracciones y pequeñas erratas, luego con sustituciones o permutaciones de las letras de una palabra, y finalmente con estruc-turas sintácticas delirantes y lenguaje idiosincrático".

"Pero, en mitad del texto, como si el personaje tuviera fogonazos de lucidez, el proceso se revierte y el texto se clarifica. Diría que Alan Moore ha seguido un método para deformar el inglés hasta llegar a lo joyceano, y ahí ando, descifrándolo, porque este capítulo hay que traducirlo primero al inglés para poder traducirlo luego a otro idioma. Está siendo muy, pero que muy, arduo. El otro capítulo que me trae por el camino de la amargura es el 33, que es el que está escrito en sextetos”.

El de Lucia Joyce no es el único capítulo que Alan Moore escribe en “Jerusalem” imitan-do el estilo de otro autor. Hay, por ejemplo, toda una parte de la novela escrita a la manera de una versión desenfrenada y alucinatoria del estilo de Enid Blyton, la autora de los libros de aventuras de “Los Cinco”, y un capítulo compuesto como si de una obra de Sa-muel Beckett se tratara.

“Los capítulos son referencialmente temáticos”, dice José Torralba.

“En cierta manera, Moore va poniéndose una careta y adoptando los registros de tal o cual estilo o autor. Por mi parte, durante la traducción, iba leyendo paralelamente en mis ratos libres las traducciones disponibles en castellano de esos autores o estilos. Por ejemplo, en el caso de Beckett, una de las obras que repasé fue el Eleutheria que editó Tusquets con traducción de José Sanchís Sinisterra, que me parece toda una autoridad en la materia. Este tipo de capítulos no basta con traducirlos: hay que hacerlo mimetizándose con la idea que el lector o espectador patrio tiene acerca de sus referentes. El capítulo de Beckett, en inglés, presenta el estilo de Beckett. Y, por consiguiente, el capítulo de Beckett, en español, debe parecerse a nuestras traducciones de Beckett más solventes”.

La obra de teatro escrita al estilo de las de Becket, precisamente, es de sus partes favoritas del libro y una de las que más ha agradecido traducir. “Primero, porque me encanta el teatro. Y, segundo, porque traducir diálogos es muy agradable y descansado. La inmediatez y naturalidad de la oralidad te lleva a soluciones creativas muy estimulantes como traductor, y respirar tras las descripciones de Moore se vive como un oasis”.

Según los planes de Planeta Cómic, la edición en castellano de Jerusalemse publicará en la Navidad de este año y vendrá en un estuche con tres tomos. Mientras tanto, José Torralba sigue trabajando, paseando por Northampton, buscando un adjetivo en las humildes casas de los Boroughs, un nombre en castellano que despeje como un anticiclón el dichoso capítulo 26. Solo podemos desearle suerte. “¡Qué Dios le de alas!”

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