CUÉNTAME OTRA, CAMPEÓN
Hombres que me dicen en la cama que es la primera vez que le ponen los cuernos a su novia
Que alguien me explique por qué tengo que escuchar la misma frase cada vez que me lío con un hombre emparejado. Situación sentimental que, por cierto, desvelan tras haber metido lengua. Muy bonito.
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No me andaré con rodeos. Me he liado y/o acostado con varios hombres con pareja a lo largo de mi vida y dos cosas se repiten en todos y cada uno de los casos. La primera es que esperan a tener el bollo en el horno para desvelar el pastel (a cocinitas no me gana nadie) y la segunda es que, instantes después de darme la buena nueva, me convierto en su terapeuta y/o confesora. Maravillas de la vida moderna.
Pasaré de puntillas por lo primero, ya que el tema que nos ocupa es otro. Pero sí que me gustaría dejar claro que, ya que al menos él ha escogido libremente serle infiel a su novia, sería un detallazo que yo también pudiese decidir si quiero liarme con él en base a su estatus sentimental.
En mi caso, no mentiré, me da bastante igual, pero reconozco que sería un plus poder contar con toda la información. Dicho esto, destripemos qué se esconde realmente tras la frase más escuchada por cualquier chica del planeta (no tengo datos oficiales pero me huelo que por ahí anda la cosa) que ha ligado con un hombre con novia/mujer: "Es la primera vez que le pongo los cuernos a mi novia, en serio". Ains, qué paciencia.
Queridos infieles del mundo. Os voy a desvelar algo que todavía no puedo entender que no sepáis. Nos da exactamente igual si es la primera, la segunda, la tercera, la cuarta, la quinta o la octogésimo novena. En serio. Porque, amigos, ¿qué diferencia habría? Y aquí es donde viene mi primer cabreo importante al respecto. Los hombres con pareja infieles se deben pensar que solo conseguirán acostarse con otra mujer si le hacen creer que es especial. ¿Por qué sino decir que es la primera vez?
Las primeras veces están asociadas a momentos que marcaron un punto de inflexión en nuestras vidas (o eso dicen). El primer día de clase, la primera borrachera, el primer trabajo, el primer viaje, el primer beso y, aquí va la más extendida, la primera vez.
Es curioso que en el imaginario colectivo no haga falta resaltar de qué se está hablando cuando alguien dice ‘tu primera vez’ a secas. Todos sabemos que se refiere a sexo. Y claro, las películas y la sociedad se han encargado de grabarnos a fuego (solo a las mujeres, faltaría más) que esta tiene que ser maravillosa y con alguien especial. Así pues, en un giro retorcido y tal vez demasiado psicológico de los acontecimientos, dejadme que os diga una cosa.
Lo que están intentando que creas cuando dicen la frase "es la primera vez que le pongo los cuernos a mi novia, en serio" es lo siguiente: “Fíjate si eres especial que jamás le he sido infiel, pero es que claro, no me puedo controlar por todo lo que me haces sentir. Y que lo haga por primera vez contigo pues te debe hacer sentir especial porque si no lo he hecho antes será porque no había encontrado a una persona, repito, especial”.
¡Ay mi madre! No solo estás traicionando la confianza de una chica que cree que tiene una relación exclusiva contigo, sino que me lo estás intentando vender como algo por lo que debería sentirme halagada.
Porque claro, de todos es sabido que no hay nada más maravilloso que poder decir “el otro día conocí a un chico al que le gusté tanto que decidió ponerle los cuernos a su novia por primera vez”. ¿En serio? ¿En serio? Y tan en serio.
Sin embargo, hay dos motivos más por los que creo que nos deleitan con esta frase sin ni siquiera pestañear. Necesitan compartir su culpa y justificarse. Esto me recuerda a las veces que me he puesto a dieta y me la saltaba delante de alguien que sabía que estaba intentando perder peso: “Pero que es la primera vez que me la salto, ¿eh?”. Culpa y justificación, no falla.
Y no digo que no sea lícito el que intenten sentirse mejor por algo que altera (mínimamente, no nos engañemos) su conciencia. Pero chicos, nosotras solo queremos divertirnos y, sinceramente, nos dan igual vuestras relaciones.
Si no quieres a tu novia, déjala, y si la quieres, pero también quieres acostarte con otras, genial, pero déjame tranquila. No estudié psicología ni estoy aquí para hacerte sentir mejor.
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