Así son algunas de las 500 mansiones abandonadas de Pablo Escobar

Se calcula que Pablo Escobar podría haber tenido hasta 500 propiedades repartidas en Colombia, Panamá, México y Estados Unidos. El problema es que la gran mayoría estaban a nombre de testaferros, y cuando Escobar falleció en 1993 sus propiedades quedaron descabezadas y sin dueño.

HACIENDA NÁPOLES, ANTIOQUÍA, COLOMBIA

En 1978 Escobar compró una finca de 3.000 hectáreas donde mandó construir la Hacienda Nápoles.

Ya en los 80 la finca albergó animales salvajes traídos de varias partes del mundo. Era el zoo particular de la familia Escobar. Y cuando la propiedad quedó abandonada los animales quedaron a su suerte.

Tras de dos décadas abandonada la finca se convirtió en un decadente parque temático que recuerda a Jurassic Park, pero con animales de safari. Pese a ello, los visitantes siguen más interesados en los vestigios del narcotráfico que todavía conserva la propiedad.

EDIFICIO MÓNACO, MEDELLÍN

Los vecinos trataron de impedir que Pablo Escobar se mudara al barrio más exclusivo de Medellín, Santa María de Los Ángeles, pero en 1986 Escobar construyó el Edificio Mónaco, que se convirtió en su cuartel general y donde vivió con su familia y el resto de su séquito.

Hoy el edificio está completamente abandonado y es propiedad del Gobierno colombiano, que se prevé demolerlo se construir una complejo policial.

Mientras tanto muchos youtubers burlan la precaria seguridad del edificio y logran grabar su interior, donde vemos dos antenas parabólicas gigantes, una piscina con el agua estancada y un búnker donde Escobar podría haberse refugiado durante el ataque que asoló la casa en 1988, cuando el Cartel de Cali detonó un coche con 80 kilos de explosivo en la puerta de la casa. Pero aquella madrugada Escobar y su familia no estaban allí.

FINCA LA MANUELA

Se llama La Manuela por la hija de Escobar. Tiene 8 hectáreas y la mansión contaba con piscina, pistas de tenis, campo de fútbol y helipuerto.

En 1993, la mansión fue bombardeada por el Cartel de Cali. Llenaron la mansión con 200 kilos de explosivos e hicieron volar la mansión por los aires.

Hoy en día la finca ha sido conquistada por la naturaleza y el vandalismo, sus ruinas están desvencijadas y el riesgo de derrumbe es muy alto. Pese a ello, allí se organizan furtivas jornadas de paint ball, tratando de imitar el pasado de violencia de esta finca.