cápsulas para que los hombres no se aburran
¿A las mujeres no les gustan los videojuegos? ¿Machismo o realidad?
Los jefazos del centro comercial Global Harbour de Shanghai habilitaron cápsulas con videojuegos para que los hombres combatieran el aburrimiento mientras ellas hacían shopping. Una noticia que reabrió el debate sobre la implicación femenina en el mundo de los videojuegos.
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Como siempre o casi siempre, los chinos nos adelantan. Ven posibilidad de negocio donde sea, y si no hay negocio, se lo inventan. Uno de los que más me han llamado la atención últimamente son las cápsulas de videojuegos instaladas hace unos meses en el citado centro comercial de Shanghai. Quienes se acerquen por allí podrán leer, literalmente: “cápsulas para hombres”. No se trata de un sketch, de hecho, la propuesta ha sido todo un éxito.
Lo curioso es que estas cápsulas son gratuitas, de momento, ya que en un futuro cercano se accederá a ellas mediante un código QR previo pago. Lo primero que pensé al leer la noticia fue, si no hay hombres que distraigan la atención de todas esas compradoras potenciales, 'los ingresos del centro comercial aumentarán', por lo tanto, si nos quitamos de en medio a todos esos molestos hombres, 'los ingresos del centro comercial aumentarán'. Un axioma que han terminado llevando a la práctica y que es más que probable que termine exportándose.
El machismo no es precisamente el producto que más nos interesa exportar o importar. Aunque siempre habrá hombres que piensen que una mujer, y sobre todo a partir de según qué edad, debería estar preocupándose de su casa y sus hijos y no jugando al Call Of Duty, al Grand Theft Auto o al Fifa.
Esto es un actividad reservada para adolescentes, o en todo caso, para los novios y maridos de todas esas novias y esposas que deberían estar preocupándose de su casa y sus hijos mientras ellos dejan volar su síndrome de Peter Pan y su testosterona, ya que ese refugio es su 'shopping particular', su tarde de compras es una tarde en el Fortnite.
Hablando de testosterona y videojuegos, los 3 citados son sólo 3 de los miles de ejemplos de videojuegos pensados por y para hombres. De esta rama de la industria del entretenimiento nacen otros frutos de similares características como por ejemplo el porno. Pero hoy no toca hablar de esto.
Hoy toca hablar de por qué una chica no puede agarrar un arma e ir por ahí aniquilando todo lo que se le ponga por delante. Si no que se lo pregunten a Lara Croft, Claire Redfield, princess Zelda o Chun-Li, sólo por citar unas cuantas. Esto qué quiere decir, ¿que ellas sólo pueden jugar a los Sims porque pueden decorar casas y organizar bodas?
Hablando de machismo gamer, todo esto ha hecho que me acuerde de otra noticia que leí hace poco. El titular rezaba así: “Un nazi publica un videojuego en el que matar a personas LGBT”. El juego en cuestión se llama The Crying Nazi. La misión es entrar en un club LGBT y acabar a tiros con todos los presentes.
Tampoco hay que irse muy lejos, en el ya nombrado GTA la mayoría de las víctimas son vagabundos, prostitutas, inmigrantes y homosexuales. Definitivamente, a veces la industria del videojuego no contribuye precisamente a la mejora de la realidad social.
Centrándonos en lo que nos ha traído hasta aquí. Muchos hombres prefieren pensar que sólo hay dos estereotipos: la chica gamer sexy o la chica gamer nerd. Y si ésta última, al quitarse las gafas y soltarse el pelo, resulta que también es la chica gamer sexy, pues mejor. Como suele decir un amigo mío: “somos hijos del porno”.
Pero esto es sólo una frase que en un contexto apropiado puede ser hasta divertida. Lo que no es divertido es frivolizar demasiado con algo tan serio, pese a que mucha gente de ambos sexos le pueda parecer divertido ver a un montón de mujeres comprando compulsivamente mientras ellos disparan sus metralletas fálicas en sus cápsulas onanistas. Que para algo los propietarios han dejado bien claro que se trata de “cápsulas para hombres”.
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