VUELVE LA MÍTICA SERIE (Y HAY CAMEO DE DAVID HASSELHOFF
Los nuevos Vigilantes de la Playa: de telenovela camp a comedia de acción idiota
Basada en aquella serie de televisión que parecía no acabar nunca, la nueva versión de la ficción neumática se une a la tromba de remakes y reboots cambiando los detalles de telenovela de la serie primigenia por la mirada autoconsciente que aboga por las bromas sexuales y la acción obtusa de otras comedias revisionistas recientes.
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Todos los que tuvimos oportunidad de verla en su momento la recordamos. No es cuestión de ponerse nostálgicos, pero la sensación de confort que nos dan los recuerdos nos hace valorar el pasado como una época extrañamente placentera.
Puede que no lo fuera tanto y solo almacenemos los buenos recuerdos, por eso series con macizos y macizas a cámara lenta, corriendo por la playa bajo el sol del condado de Los Ángeles, se nos quedan enquistados en la corteza más profunda del cerebro. Y qué le vamos a hacer. ¿Olvidarnos de que tenía las tramas más inverosímiles? ¿Los personajes más involuntariamente graciosos? ¿Las líneas de diálogo más atolondradas? Nos acordamos de lo que nos tenemos que acordar.
Por ello, los responsables de llevar al formato película de más de hora y media todo el sabor reconocible de la serie no lo han pensado demasiado. Un plantel de guapos y guapas con físicos tremebundos, con bañadores naranjas, haciendo de salvavidas. Bueno, el cambio es que los guapos y guapas se pasan media película haciendo bromas constantes sobre sus físicos tremebundos para darle un toque de post-humor.
La gran diferencia con la serie, por otra parte, es que no se han cortado con las palabrotas, y los momentos sangrientos, que pretenden ser graciosos y resultan más bien incómodos. El resultado quiere parecerse un poco al tono de las películas de acción de ‘Dos policías rebeldes’ con la mirada irónica, de humor ‘American Pie’ de ‘Infiltrados en clase’ la comedia que trataba de recuperar la serie ‘Nuevos policías’.
Para intentar arreglar el entuerto hay dos nombres masculinos con tirón en la taquilla como Dwayne Johnson, que debería rebautizarse como don remake, y Zac Efron, cuyo eficiente redireccionamiento de su carrera, para quitarse la sombra de mocoso repelente ganada en sus inicios, sufre aquí un revés considerable. Hace demasiado bien de niñato-bofetón.
En el frente femenino, la cada vez más popular Alexandra Daddario tiene el papel con más sustancia, que viene a ser hacerse la dura frente a Zac, para, al final, complacer al musculitos. No tiene mejor suerte Kelly Rohrbach como sustituta de CJ Parker, puesto que su papel se reduce, también, a complacer al nerd-recurso-gracioso-no-cachas, demostrando que las rubias despampanantes no son sólo trozos de carne, sino trozos de carne que también se pueden enamorar del mismo tipo de pajilleros tristes que veían la serie con papel higiénico cerca.
Pero bueno, aligeremos de sexismos. La mala resulta que es a actriz india Priyanka Chopra, y la otra jefa de los socorristas Ilfenesh Hadera, con las que, además de equilibrar, implanta una cuota racial parece querer alejarse de la habitual plantilla diseñada por Tommy Hilfiger del original.
Aunque el director Seth Gordon hace la suposición correcta de que la mayoría del público no recordará la serie, y no tiene ningún afecto particular por ella, trata desesperadamente de ridiculizar su propia premisa y burlarse de la misma noción de hacer una película a partir del material original. Es autoconsciente en el peor de los sentidos del término.
Los vigilantes de la noche
El añadido más singificativo es que la operación ha utilizado el casposo intento de spin-off de la serie, la infame y gloriosa ‘Los vigilantes de la noche’, en el que el chuloputismo de David Hasselhoff se vestía de chaqueta blanca y brumel aquamarina. En esta nueva adaptación las dos versiones de la serie coexisten y hay un intento de crear una subtrama criminal tan falta de calado como las de la propia serie. Todo para justificar algunas escenas de acción totalmente rutinarias.
La inyección a presión de la trama de crimen nos permite ver a la estrella de ‘High School Musical’ manipular los genitales de un cadáver (no preguntéis), pero en realidad no se aclara si quiere ser una comedia de chistes de tetas para preadolescentes y gags autorreferenciales, o una parodia del cine de acción. Ambas películas no acaban de llevarse bien y el peor defecto de estos nuevos vigilantes de la playa es que su tono indefinido viene acompañado del aburrimiento atroz, gracias principalmente al nulo efecto del 90% de sus bromas.
Cameo de David Hasselhoff
Por salvarla no la salva ni el arma secreta más infalible del cine contemporáneo: el cameo de David Hasselhoff. Tenemos demasiado reciente su infinitamente más espontánea aparición en Guardianes de la galaxia vol 2, y llega a su momento estelar cuando su propio gimmick empeiza a dejar de ser especial. Peor aún es el de Pamela Anderson, que aparece a unos segundos del ‘The End’ para fichar y pasar por caja, en un momento minúsculo que deja ver demasiado claramente que nadie de los que estuvieran haciendo el filma sabían muy bien qué hacer con ella.
Todo esto, amiguitos, nos enseña la gran lección de que si intentas hacer una gran broma despectiva sobre una serie, tontica pero entrañable, la falta de interés por el proyecto se contagia, haciendo que casa uno de los chistes de estar empalmado debajo del bañador duelan más que un sketch del ‘Noche de fiesta’ de José Luis Moreno.
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