El ocio nocturno en tiempos de coronavirus

Ha tenido muchos nombres a lo largo de la historia: la fiesta, la juerga, el guateque, la farra, la jarana, la verbena, la parranda… y este 2020 ha sido rebautizado como ‘el ocio nocturno’. El ocio nocturno es un concepto sobrio, triste y oscuro, como está siendo este año, y el sector que más está sufriendo la dimensión económica de la crisis. Fueron los últimos en reabrir sus locales tras el desconfinamiento y los que lo hicieron con más medidas: aforo limitado y varias medidas contrarias a la Ley Sergio Dalma, la que dice que bailar de lejos no es bailar.

Pero el nivel de los rebrotes ha demostrado que había motivos para ser estrictos con ‘el ocio nocturno’. Estamos hablando de España, el país de Guti, de Magaluf, el país que hundió las carreras de Ronaldinho y Maradona, el país que inventó la palabra juernes. Estamos hablando del país que inventó la tapa, es decir, la idea de que era la comida la que acompañaba la cerveza y no a la inversa. Estamos hablando del país que eligen los ingleses para emborracharse en vacaciones, el país que tiene más festivales que bandas. No sé dónde está la sorpresa.

¿Cómo no iba a rebrotar España con el ocio nocturno si Froilán, cuarto en la línea sucesoria al trono, con 15 años ya estaba organizando fiestas en la discoteca Joy Eslava porque sabía dónde se mueve la pasta? Sois el país de Ibiza, el Disneyworld del house, el país en el que a veces hay más gente comiendo kebabs que churros a las ocho de la mañana. Sois el país en el que la gente pide créditos al banco para ir a la Feria de Abril, el país que inventó las romerías para que los jubilados tuviesen una excusa para emborracharse. Sois el país que inventó el mito de que la resaca se cura con cerveza. ¿Cómo no va a haber rebrotes en el país que ahora llama ocio nocturno a lo que antes llamaba La Ruta del Bakalao?