AMARNA MILLER, DESDE LOS ÁNGELES
La poesía hecha película en la que Gael García Bernal persigue a Neruda
Amarna Miller fue a ver la película 'Neruda', basada en la vida de su poeta preferido. No tardó en darse cuenta de que sería una experiencia que trascendería lo cinematográfico.
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Entré en el cine preparada para disfrutar de una película biográfica basada en la vida de mi poeta favorito: Pablo Neruda. Nominada a los Golden Globe Awards como mejor film extranjero y aclamada por público y crítica en todos los festivales donde se ha proyectado, sabía que estaba jugando sobre seguro.
Lo que me pilló por sorpresa fue descubrir que la obra en si misma es una narración lírica. De hecho la definiría como una poesía que habla de un poeta. Inventiva, con una dirección de fotografía magistral y una edición muchas veces violenta que me recuerda a la experimentación que hacen en sus películas Lynch o Haneke, jugando con el orden temporal lógico.
La narración empieza tal y como cabía esperar. Hay un héroe: Neruda, que tras ser destituido como senador dentro del Partido Comunista Chileno, pasa a estar en busca y captura. "Eternamente en fuga como la ola", recorre su país intentando encontrar un paso fronterizo a través del cual huir para convertirse en refugiado político. También tenemos un villano: el jefe de la policía de investigaciones Oscar Peluchonneau, encarnado por un magnífico Gael García Bernal obsesionado con capturar al poeta, pero siempre un paso por detrás de sus andanzas.
La historia encarna el clásico juego del ratón y el gato, a través del cual vamos conociendo las virtudes y bajezas de cada uno de los personajes. Por un lado tenemos a Neruda, un burgués que se considera afín a la lucha popular pero que no sabe vivir sin todos aquellos lujos a los que está acostumbrado. Y por otra parte Peluchonneau, con aires de grandeza pero incapaz de poder echar el guante a un simple fugitivo. Neruda juega con él, le deja pistas en forma de libros policiacos y casi parece que quiere ser capturado. Disfruta con la persecución.
Y es en este momento clave de la película, donde tocamos la cúspide del relato y pensamos que este se trata de un biopic hermoso, pero convencional, cuando descubrimos que Pablo Larraín tiene aún más potencial de lo que habíamos pensado. En un arrebato creativo que me recuerda inexorablemente al libro Niebla de Miguel de Unamuno, los personajes se percatan de que todo aquello que están representando es en realidad, una narración. Una crónica ya escrita, ya filmada, que cohesiona ficción y realidad ofreciendo a los personajes un camino del cuál no pueden escapar.
Haciéndoles conocer su final y entendiendo de donde proceden, Larraín (¿o tal vez, Neruda?) les concede una cualidad metafísica, rozando la inmortalidad. Si eres el personaje de un relato, el sujeto de una película, no sólo estás a las ordenes de tu creador sino que tu vida se transforma en una fábula perpetua. La muerte no existe y tu historia es imperecedera.
Este relato surrealista va más allá de la mera narración de sucesos históricos para crear en si mismo una pieza artística, completamente separada de la biografía del poeta. Larraín toma un punto de partida y a partir de ahí se dedica a crear su propio universo mientras juega con el espectador.
Por mi parte, ya tengo entradas para 'Jackie', el biopic de la esposa de John F. Kennedy que Larraín acaba de estrenar en cines. Prometo contaros qué tal.
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