ESTE MÍTICO BAR SEVILLANO SE PRONUNCIA
El Pópulo se pronuncia sobre Hyperloop, el transporte del futuro
Nos encontramos en la Deep Macarena (Macarena profunda). Distrito sevillano donde habitan todo tipo de personas y personajes. El Bar El Pópulo es un pequeño rincón donde se citan algunos de ellos. Otros están de paso. Algunos estarán hoy y nunca más. Este rincón, haciendo gala de su nombre, es un espacio de sabiduría popular en el que gracias a Tribus Ocultas se está convirtiendo en un lugar de referencia para consultar las tendencias más rompedoras y enfrentarla a su poderoso sentido común.
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El calor es asfixiante en Sevilla. Esta mañana hay poca gente en El Pópulo. Pero tras una vista superficial, descubro que hay gente dentro del bar, al cobijo del aire acondicionado.
Decido hacer una entrada triunfal y pensando que voy a encontrarme algunas caras conocidas entro a la voz de “¡Cobardes! ¡The Summer is coming y vosotros aquí!”. El efecto es un silencio ensordecedor. Me pido una tostada y permanezco un rato calladito.
Tras un rato saco la documentación del Hyperloop, el transporte del futuro. Se dice que “la revolución en el mundo del transporte puede llegar en 2020, cuando se inicien las pruebas con pasajeros en este habitáculo que se mueve a más de 1.200 kilómetros por hora”.
El Hyperloop funciona con cápsulas (donde irían los pasajeros o mercancías) de levitación electromagnética que se desplazan dentro de tubos donde apenas hay fricción del aire. Creo que la descripción es lo suficientemente llamativa como para generar debate en El Pópulo. Así que allá vamos.
Primero me acerco a Sofía. Ella trabaja en una empresa de la zona y ahora mismo está de baja de maternidad. Tal y como le enseño las imágenes y le explico me dice “Uff... eso no tiene que ser bueno para la salud”.
Desde otra mesa que ha escuchado la conversación interviene Lucas, un chico que espeta “lo ponen como si fuera la hostia pero en realidad es un tren con forma de tubo de pasta de diente que seguro que es tela de caro y nos terminará costando un pastón a los de siempre”.
La conversación se pone interesante y me cuesta anotar todas las intervenciones. Un visitador médico que anda por allí y que se llama Alejandro interviene y parece controlar mucho del tema: “Esto es del creador de Tesla y lo va a petar fijo”.
María Ángeles, que trabaja por las noches en un bar cercano, dice que “pues ir de Cádiz a Barcelona en una horita tiene que ser la gloria”. Es más, “imaginaos la cantidad de pescaíto andaluz que podríamos vender por toda España”.
De repente, se acerca a la conversación muy despacio un hombre que se prodiga poco por el barrio pero que es propietario de uno de los locales de la zona y se ha acercado a cobrar la mensualidad de uno de sus inquilinos (increíblemente se sigue haciendo en mano y no con transferencia bancaria). Se llama Paco.
Paco aprovecha la coyuntura para explicarnos que él y un amigo se hicieron de oro con una empresa que arreglaba televisores antes de que llegara la obsolescencia programada. Poco a poco, además de contarnos una interesante, pero algo dilatada historia, se va dotando de una extraña legitimidad. El Pópulo lo escucha.
Cuando ya ha sentado las bases de su status, procede a comentar su teoría: “Yo creo que aunque los avances están bien, ya nada será como antes... el placer de viajar tranquilamente”.
Se hace un silencio. Realmente, El Pópulo está respetando a Paco. Hasta que tras unos 10 segundos, alguien le replica en voz alta diciendo: “Paco, quita el carruaje y los caballos que los tienes en segunda fila anda, que vienen ahí los municipales…”.
El estruendo en forma de risa fue increíble. El Pópulo en estado puro. La guasa sevillana lo puede casi todo y nadie puede hacerse el Solemne para presumir que sabe más que nadie, incluso si sabe lo que es la obsolescencia programada y está hablando sobre el transporte del futuro...
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