¿ES 'MAN IN AN ORANGE SHIRT' LA SERIE GAY DEL AÑO?
¿Qué diferencia a una pareja gay actual con otra de los años 40?
'Man in an Orange Shirt' narra dos relaciones homosexuales separadas por 70 años. Michael, un combatiente de la II Guerra Mundial que se enamoró de Thomas, su mejor amigo. Adam, un joven con problemas para comprometerse que se replantea su vida. De fondo, los prejuicios, la represión, la ilegalidad, el salto generacional, la incertidumbre emocional. La comparación entre ambas historias nos recuerda que a la comunidad LGTB aún le queda un largo camino que andar en la igualdad efectiva.
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La serie británica 'Man in an Orange Shirt', considerada por algunos críticos la ficción gay del año, llega a España a través de Filmin, y lo cierto es que el resultado es muy cuestionable. Es una producción mediocre sobre dos romances homosexuales que, aun así, plantean algunas cuestiones necesarias. ¿Hasta qué punto hemos superado la criminalización y los prejuicios?
En algunas ocasiones, las series de televisión nos interesan solamente por los temas que tratan, y no porque trabajen en ellas nuestras estrellas o creadores preferidos, ni siquiera porque pensemos que nos van a gustar. Podríamos decir que los géneros, del 'thriller' a la ciencia ficción, del culebrón a la 'teen fiction', nos sirven para canalizar esas preferencias, pero no siempre es así.
La representación de colectivos a los que pertenecemos o de cuestiones políticas peliagudas que nos afectan es muy importante en televisión, y por ello había gran interés en echarle un vistazo a 'Man in an Orange Shirt'. Hablamos de la apuesta británica de BBC que la plataforma Filmin lanzó ayer martes en España, y que algunos nos habían vendido como la imprescindible serie gay del año.
Su resultado creativo es más que cuestionable, pero su estreno del pasado verano se apuntó un tanto que nos ha animado a acercarnos: pone a cuatro personajes gais al frente de una miniserie de dos capítulos avalada por la gran cadena pública británica. ¿De qué va exactamente?
'Man in an Orange Shirt' narra dos relaciones homosexuales separadas por 70 años, con el hilo conductor de Flora (la genial Vanessa Redgrave). Ella fue la esposa de Michael, un combatiente de la II Guerra Mundial que se enamoró de Thomas, su mejor amigo, y décadas después la abuela de Adam, un joven con problemas para comprometerse que se replantea su vida gracias a Steve. De fondo, los prejuicios, la represión, la ilegalidad, el salto generacional, la incertidumbre emocional…
Disparando a bocajarro, 'Man in an Orange Shirt', escrita por el guionista Patrick Gale, es una serie mediocre, inofensiva y un tanto estereotípica. La construcción de los personajes es muy superficial (no acompaña la actuación de los actores), y también lo es el acercamiento a todos sus temas, pero apunta algo interesante: las barreras que encaran sus protagonistas son tan políticas como emocionales.
El capítulo más acertado es el primero, la historia de amor de Michael y Thomas (Oliver Jackson-Cohen y James McArdle), tratada con algo más de mimo en las coordenadas del melodrama. Además de los prejuicios sociales, muestra la criminalización del colectivo gay, que se enfrentaba a penas de cárcel por delitos relacionados con el decoro y la decencia en el Londres de los años 40.
De la criminalización a los prejuicios sociales
En el segundo episodio, sin embargo, se desmorona la poca sensibilidad conseguida en el debut, y la serie abandona esos pequeños elementos políticos. Mimetizándose con la fórmula de la serie generacional, 'Man in an Orange Shit' nos introduce ahora en la historia de Adam (Julian Morris), un joven aún en el armario y adicto a las apps de ligue que se ve inmerso en una confusa relación con Steve (David Gyasi).
La serie demuestra aquí muy poco genio a la hora de retratar al protagonista, digno de los momentos más rancios de 'Queer As Folk': en lugar de enfocar la relación con Flora, su abuela, y ese ambiente familiar enrarecido por los prejuicios y los secretos, la ficción prefiere centrarse en su obsesión por el sexo y convertirlo en un personaje antipático y sin ningún interés.
La comparación entre ambas historias nos recuerda que a la comunidad LGTB aún le queda un largo camino que andar en la igualdad efectiva. El caso de Michael y Thomas es un reflejo oportuno de lo que sucede hoy en países como Rusia, acusada de torturar y asesinar a cientos de hombres gais, o incluso en España, donde se denuncian delitos de odio casi día a día.
También nos demuestra que hasta que las instituciones no lo reconozcan, la sociedad será incapaz de avanzar, y empujará a los propios homosexuales a vivir su vida en secreto. Por último, y desgraciadamente, 'Man in an Orange Shirt' es un ejemplo de que la ficción gay tiene mucho que aprender, a la hora de ser más valiente en lo político y en lo emocional.
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