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TOM HOLLAND PRESENTA SU CANDIDATURA A MEJOR SPIDERMAN

¿Por qué el nuevo Spiderman tiene acné como tú?

El Peter Parker de la película de Jon Watts, Tom Holland, no deja de ser un chaval que no es precisamente de los más populares del instituto. Un día le pica una araña y se convierte en superhéroe. Y, claro, flipa en colores. Ahí está la gracia y el interés, Spiderman podría ser cualquiera. No hace falta ser un multimillonario, un extraterrestre o un dios nórdico.

-Spiderman

Spiderman© 2016 CTMG

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Al nuevo Spiderman le están lloviendo las buenas críticas a un lado y otro del charco. Todo el mundo –bueno, alguno habrá que no esté de acuerdo, pero serán los menos– está encantando con la película y con la elección del actor, Tom Holland. Lo cual tiene mucho mérito teniendo en cuenta las reticencias iniciales que había para con este reboot de tu amigo y vecino Spiderman. ¿En serio nos van a otra vez la historia de la araña que picó a un muchacho y le otorgó poderes? Mira, pues ha resultado que no, que no les ha hecho falta contarlo de nuevo y que, encima, el resultado ha sido todo un acierto.

Las críticas positivas a ‘Spider-Man: Homecoming’ solo ha sido la confirmación de lo que se pudo atisbar en ‘Civil War’. Entonces, con una sola escena, Tom Holland logró despejar cualquier duda sobre su Spidey. Le bastó una llamada de Iron Man (Robert Downey Jr.) a la acción y una pelea contra el otro bando de los Vengadores, el de Capitán América (Chris Evans), para presentar sus credenciales y comenzar a ganar galones. Fue, con diferencia, lo mejor de una película demasiado enredada en sí misma que se ahogaba por momentos.

Lo que se vio en aquella escena, y se ha confirmado después en la película que se estrena este viernes, es que este es el mejor Spiderman que hemos tenido hasta la fecha. Y no se trata de una hipérbole o de dejarse llevar por el hype (término que ahora se usa para todo, cuestión de modas), si no de un hecho confirmado en primera persona. Este, el de Tom Holland, es el Spiderman más genuino, el que los fans del personaje nacido en las viñetas en 1962 estaban (estábamos) esperando.

Tobey Maguire no estaba mal y deja para el recuerdo escenas memorables como esa en la que va descubriendo sus poderes. Andrew Garfield le dio un toque de oscuridad que elevó su saga un peldaño en madurez siguiendo la impronta de Christopher Nolan y su Caballero Oscuro. Pero ninguno de los dos era el Spiderman auténtico, el original, al que dieron vida el prolífico Stan Lee y Steve Ditko. Este, el nuevo, el del Holland, sí que lo es. ¿Por qué? Porque tiene granos, incontinencia verbal y hace chistes tremendamente tontorrones.

Spiderman
Spiderman | 2016 CTMG

Quienes no hayan leído una viñeta de este personaje de Marvel en su vida pensarán que estos tres atributos no son precisamente positivos, pero sí, sí que lo son. Porque el Spiderman que se ganó el afecto de los fans en los sesenta era así. Un adolescente, un chaval, huérfano, al que le pica una araña que le dota de poderes arácnidos. Y claro, él, que es la definición de ‘pringao’ en el instituto, un friki de las ciencias con pocos amigos y talento nulo para ligar, flipa en colores.

Peter solo quiere impresionar a Tony

A estas alturas todo el mundo sabe cómo Peter Parker acabó siendo Spiderman, así que en ‘Homecoming’ lo han solventado con unas líneas de guion y a otra cosa. La acción recoge a un chaval que ya tiene sus poderes, que ha sido parte de una guerra civil entre los Vengadores y que espera a que le llamen para otra misión mientras evita robos en cajeros y da indicaciones a ancianas perdidas por las calles de Nueva York.

Peter Parker nunca fue miembro del club de los que molan en el instituto, más bien lo contrario. Así que cuando Tony Stark/Iron Man lo recluta para que luche como parte de los Vengadores, se viene arriba. Tiene ganas de demostrar lo que vale, que es un superhéroe de verdad. Pero nadie le toma en serio. Y él lo único que quiere es que le tengan en cuenta, impresionar a esa especie de figura paternal o de mentor que ha visto en Iron Man.

Spiderman
Spiderman | 2016 CTMG

‘Spider-man: Homecoming’ va de eso, de un adolescente que se enfrenta a los cambios propios de la edad más los añadidos por la picadura de la araña, que no tiene una vida familiar sencilla y que goza de pocos amigos. Pero cuando adquiere sus poderes ve la oportunidad de ser alguien importante, aunque nadie sepa quién está bajo la máscara –cosa que no le importa, por otra parte–. Solo quiere, como cualquier otro adolescente, que le traten como un adulto.

Todo esto sin grandes dramas, contado con ese humor tan tontorrón y simpático del Spidey más auténtico que se vio en ‘Civil War’. Peter tiene incontinencia verbal, no puede estar callado ni un segundo, lo comenta todo y es parte de su gracia. Sí, cuando se quita la camiseta tiene músculos definidos pero no es Thor, obviamente. Además, tiene granos, como cualquiera en edad de ir al instituto. Y eso es bueno porque ayuda a captar a un sector del público más joven. Por eso y porque el interés que despierta Peter Parker es que podría ser cualquiera.

Que le hayan quitado unas cuantas décadas a la tía May (Marisa Tomei) es fácilmente perdonable. De hecho, integra un juego de coqueteo con Tony Stark que tiene su gracia. Y la elección de Michael Keaton como un villano alado no deja de ser un giro del destino realmente divertido. Lástima no poder ver la cara de Iñárritu –quien dejó patente su inquina hacia el género de los superhéroes en ‘Birdman’ y en infinidad de entrevistas– cuando se enteró de que Keaton volvía al redil superheroico.

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