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COMEDIAS ROMÁNTICAS ADOLESCENTES

¿Por qué Noah Centineo se ha convertido en el último 'crush' de Hollywood?

Empóllate todo lo que llegue a tus manos sobre este actor de 22 años, porque no vas a hablar de otra cosa este otoño.

-Noah Centineo y Lana Condor en 'A todos los chicos de los que me enamoré'

Noah Centineo y Lana Condor en 'A todos los chicos de los que me enamoré'Netflix

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Noah Centineo es el protagonista de las comedias románticas 'A todos los chicos de los que me enamoré' y 'Sierra Burgess es una perdedora', y se ha convertido en un fenómeno por todo lo que apunta sobre cómo los hombres podemos (y debemos) ser.

Explica Noah Centineo que la cicatriz que tiene en el mentón se la hizo un mastín cuándo él tenía seis años. Los dueños le ofrecieron sacrificar al animal, pero dijo que no; meses después, sus padres le compraron un perro para que no cogiera miedo a los animales. Lo cuenta en un vídeo en el que aparece, además, rodeado de perretes.

También sabemos que su primera mascota fue una coneja llamada Princess, que de pequeño le flipaba Hilary Duff y que su primera cita fue en la azotea de un hotel, donde intercambió libros con su 'crush'. Casi todo lo que rodea a Noah Centineo, perfecto para un subidón de glucosa, ya es de dominio público, y eso que hace unos meses, antes de verano, ni su rostro nos sonaba.

Es lo que tienen los fenómenos televisivos juveniles, sobre todo en época de Netflix y redes sociales. Basta un fin de semana y un 'trending topic' para convertirse en estrella mundial. El reto es que dure.

Vale, hay dos motivos que pueden haberte traído hasta este artículo. El primero es que no sabes de quién hablamos y te pica la curiosidad. El segundo es que ya eres fan de carpeta y no te puedes resistir a nada que huela a Noah. Para ambos, merece la pena recordar que es el actor de Florida, de 22 años, conocido antes por series como 'The Fosters', que de repente se ha posicionado como el último flechazo de Hollywood.

¿A qué se debe? Es el protagonista de dos de las comedias románticas que Netflix, en incansable conquista de público adolescente, ha lanzado este verano: 'A todos los chicos de los que me enamoré' y 'Sierra Burgess es una perdedora'.

En la figura de Centineo coinciden varias sensaciones de 2018: el regreso de la 'rom-com' más moñas (Con amor, Simon, a la cabeza), por un lado, y por otro, las nuevas masculinidades y referentes juveniles. Y que el tipo tiene carisma para dar y regalar, claro.

El chico que todos queremos ser

Hace unas semanas, se publicó publicó una pieza donde dio en la diana de lo que representa Noah Centineo. Es como el novio que tu madre querría que te echaras, pero a la vez es el que quieres echarte tú. Es el "cóctel perfecto entre confianza en sí mismo y vulnerabilidad", describen. Es el "wholesome guy". Algo así como el chico perfecto, el chico completo.

Y por eso es tan difícil parecernos a él los que somos sencillamente mortales. El artículo, en realidad, no se refiere a Centineo, sino a Peter Kavinsky, su álter ego en 'A todos los chicos de los que me enamoré', una comedia romántica ligera y más que recomendable. Su personaje propone a Lara Jean (Lana Condor también es una pasada) hacerse pasar por novios para dar celos a su exnovia, pero a Kavinsky pronto se le ven las costuras. Es un conquistador, sí, pero además un chico atento, cariñoso, responsable y valiente cuando tiene que dar la cara.

Peter Kavinsky es como si reuniéramos lo mejor de los chicos malos de las películas románticas más míticas de los 80 y lo mejor de los más blanditos de las de los 90, del Patrick Swayze de 'Dirty Dancing' al Hugh Grant de 'Notting Hill'. Y ese rol lo repite Centineo en 'Sierra Burgess es una perdedora'. En esta ocasión no da vida al tío guay del instituto (no tanto; Kavinsky es 'too much'), sino a Jamey, que se enamora de la chica con sobrepeso que sufre 'bullying' (Shannon Purser, Barb en 'Stranger Things', es Sierra).

El problema es que no sabe que es ella, pues cree que está ligando con la jefaza de las animadoras. Jamey quiere ir de duro para conquistarla, pero pronto renuncia a la máscara y se revela como un chico amable, culto, comprensivo, que lo da todo por su hermano pequeño, que tiene sordera. De verdad, Noah, deja de ponernos las expectativas tan altas, ya sea como posible novio o como tío en el que nos queremos convertir.

El regreso de la 'rom-com' moñas

Esa es una de las frustraciones a las que nos enfrentamos al ver las películas de Noah Centineo: sus personajes son demasiados perfectos e inverosímiles. Tiene todo el sentido del mundo que las ficciones juveniles incluyan protagonistas inspiradores, pero también nos gustaría hallar en ellos algunos de nuestros conflictos personales, de nuestros grises. Jamey y Kavinsky corren el peligro de convertirse en un canon inalcanzable, como si necesitáramos otro.

¿Es la envidia la que habla ahora mismo? No podemos negar que algo de eso hay. Otro de los problemas que percibimos en 'A todos los chicos de los que me enamoré' y 'Sierra Burgess es una perdedora' es que su renuncia a los estereotipos tóxicos de la comedia romántica no es total. En ellas hay aún ramalazos de típica guerra de sexos (a ella le gusta '16 velas', a él 'El club de la lucha') y de condescendencia a ciertos colectivos (Sierra, tienes sobrepeso, pero espabila un poco, mujer).

Entendemos, no obstante, que al menos la primera crítica entra en el juego de la fantasía de la comedia romántica en 2018. No podemos reprobarles a las películas anteriores algo que en el caso de 'Con amor, Simon' aplaudimos, aunque recordemos que no son del todo comparables. La cinta de Greg Berlanti, con un protagonista adolescente gay, se lanza a la fórmula de la 'rom-com' más idealista para reivindicar que los homosexuales también necesitamos nuestra fábula adolescente.

De ella, han aprendido las que han llegado detrás. Si salimos del papel de críticos a los que les gusta analizarlo todo, lo cierto es que 'A todos los chicos de los que me enamoré' y 'Sierra Burgess es una perdedora' apuntan un camino interesante para un formato en revisión, tanto como nuestro lugar en el mundo. Si las 'rom-coms' del futuro son tan empáticas como estas, dejamos el género en buenas manos.

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