Lazos azules
La aplaudida reflexión de La Vecina Rubia sobre el Día Mundial del Autismo
La tuitera aprovecha el revuelo causado por la iniciativa de los brazaletes azules para recapacitar sobre la presión que existe sobre las familias afectadas, especialmente durante la cuarentena.
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Desde hace años, el 2 de abril es el elegido para celebrar el Día Mundial del Autismo. No es un festejo sino un simple recordatorio de que hay muchísima gente afectada por este trastorno. El autismo engloba un amplio espectro de desórdenes neurológicos que dificultan, en ocasiones, a la interacción social.
Muchas familias tienen que convivir a diario con afectados por esta condición, y se les permite salir del confinamiento sobrellevar la situación un poco mejor. Como estaban recibiendo un montón de abucheos, se recomienda que utilicen brazaletes azules para poder distinguirse de simples infractores de la cuarentena. Una medida que tiene para algunos podría tener efectos negativos.
La Vecina Rubia, tuitera e influencer, ha aprovechado el altavoz que le proporcionan sus redes sociales para dar su opinión al respecto, denunciando la estigmatización que puede causar el distinguirlos con una banda de color.
“Lo que sí podemos hacer hoy es concienciarnos de sus necesidades y respetarlas sin señalarnos de ningún modo ni con ningún color”, añade. “Yo hoy me tiño el corazón de azul para tener más empatía con ellos”.
Los comentarios a su reflexión son totalmente positivos, reconociendo que deberíamos ser conscientes de problemas como ese más a menudo y condenando los insultos que muchas familias han denunciado estos días al salir con sus hijos a la calle.
Estar dentro del espectro de trastornos que abarca el autismo no significa que los afectados sean incapaces de llevar una vida normal. Hay grandísimos ejemplos de personas que han llegado muy lejos pese a estar diagnosticados como autistas; como Greta Thunberg, quien se refiere a su autismo como “un superpoder” que le ha hecho ver el mundo de una manera diferente.
En redes sociales se ha popularizado la iniciativa de poner molinillos azules en las ventanas, para que aunque solo sea un gesto, podamos teñirnos simbólicamente el corazón de azul. Y de paso, intentar ser un poco más solidarios.
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