Rosalía, la salvadora del flamenco

Rosalía tiró las fichas del tablero en 2018 con El Mal Querer, era la nueva esperanza del flamenco. Desde entonces ha lanzado unas 15 canciones en las que no aparece un sólo acorde de guitarra. Algo intrascendente porque el flamenco de Rosalía es conceptual, de llevar las uñas largas y tocar las palmas al final de una canción. Tras salvar el flamenco, la catalana acudió en rescate de otro género maltratado y olvidado por la industria, el reggaetón. Lo ha hecho a su manera, innovando e introduciendo elementos disruptivos que eleven el género a otro nivel.

A nivel lírico, por ejemplo, una de dos palabra que dan nombre al disco es 'mami'. La palabra más repetida en su single Saoko, por el contrario, es ‘papi’. Papi y Mami, dos palabras no asociadas al reggaetón que rinden homenaje a sus orígenes flamencos. A los papis y las mamis de La Niña de los Peines o de Manolo Caracol, dos de las figuras más grandes del flamenco hasta que apareció Rosalía.

Otra innovación en el género ha sido el uso del 'espanglish' del adelanto de su canción 'Hentai': "Te quiero ride como mi bike. Hazme un tape modo spike, una idea que demuestra que la artista está en la cima de la creatividad. Incluso el acento centroamericano lo habíamos visto innumerables ocasiones en el reggaetón, pero nunca a alguien nacida en San Cugat del Vallés. A nivel audiovisual, en el vídeo de Saoko aparece Rosalía acelarando una moto que hace "Brrrrrrr, Brrrrrr…"

Rosalía está demostrando en esta nueva fase de su carrera que no entiende de géneros, fronteras ni normas. Lo mismo colabora con Bad Bunny que con Ozuna. Lo mismo utiliza culo que booty para expresar una emoción. Lo hay que ponerle límites a un artista cuando no para de crear. Si quiere salvar el flamenco haciendo twerking, lo hará.

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