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LA ETIQUETA DE SPORNOSEXUAL LLEGA A LOS MILLENNIALS

Millennials que desean el pene de Nacho Vidal y el cuerpo de Cristiano Ronaldo: #Spornosexual

Enseña antes su pase del gimnasio que el carné de un partido político. Está desvinculado afectivamente de sus padres, de sus amigos o de sus vecinos. No cree en dios, pero sí en su cuerpo, un cuerpo en proceso continuo de construcción. Son spornosexuales, un estereotipo que ahora también adopta el millennial (a su manera).

-#Spornosexual, etiqueta en Instagram

#Spornosexual, etiqueta en InstagramPerfil de mushow1919 en Instagram

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“El mejor proyecto que puedes emprender es tu cuerpo”. El eslogan se imprime sobre la fotografía de un adolescente, sentado en el bordillo de una piscina. Más que un meme, parece la foto de un calendario masculino. “Si yo he podido, tú también puedes”.

En la foto, el joven toca con los dedos de una mano el agua azul, mientras su otro pulgar se esconde tras la hebilla redonda del cinturón de unos vaqueros. De ahí hacia arriba, está desnudo, para enseñar a sus seguidores su torso de diamante. Alza la cabeza con los ojos cerrados de felicidad, como si estuviera esperando que el sol viniera a besarle la boca.

El nuevo narciso ni se mira hechizado en el reflejo ni se ahoga en la profundidad del lago. El Olimpo hoy es Instagram y el nuevo narciso ni siquiera otea el cielo, sino a la cámara del móvil. Se hace un selfie y lo que desea es que todos admiren su cuerpo. También es un spornosexual (a su manera).

-¿Has leído el artículo de Mark Simpson?, me dice. Eso fue en 2014, ahora no sé si esa etiqueta se usa tanto.

Quien habla es uno de ellos, le contacto por mail, pero charlamos en un inglés robótico en el chat de Facebook. Dudo que tenga más de 17 años. Y saltan por los aires mis prejuicios de gafapasta: no esperaba que quien levanta pesas, también leve libros o periódicos.

-Simpson hablaba de señores de mediana edad (no sé si la traducción de esto es correcta). Esos desnudos aquí [se refiere a las redes sociales] no los vas a encontrar. Esos cuerpos no aguantan una foto como las mías, por mucho filtro que le apliques.

Efectivamente, fue el periodista Mark Simpson quien acuñó el término. David Beckham fue el icono del metrosexual, ese hombre viril que tarda una eternidad en salir del vestuario, bien peinado, muy bien vestido, bien perfumado, muy bien maquillado incluso: un 'look' de Barbie bajo la vitola de futbolista.

El spornosexual no quiere enseñarnos la elegancia de su atuendo, sino su desnudo. Cuerpo cincelado en gimnasios, tatuajes sufridos y molones como un mapa de viajes y postura previa a lo que sería -sin ser- una escena porno en la que, obviamente, la chica no sale en el selfie, porque lo importante es él (o su cuerpo).

El estereotipo tiene ya casi dos años, demasiado viejo para un mundo virtual y efímero. Sin embargo, es Michael Lovelock, profesor de la Universidad Metropolitana de Cardiff, quien rescata el término para adherirle ese halo de narcisimo bajo una etiqueta de Instagram: #transformationtuesday.

Cada martes, en la red social de fotografía móvil, millones de selfies nos muestran bajo ese hashtag, dos fotos, una de antes y otras de hoy. Dos imágenes -la que detestamos y la de ahora-, mejorada con esfuerzo y sudor: cuerpos desnudos con bíceps venosos, pectorales isósceles, abdominales de dios nórdico, culos, muslos, ... músculo matando la grasa, escondiendo la carne.

Bajo una fotografía y otra, la leyenda nos avisa, como un cuchillo que unta la envidia, de que solo ha pasado un año, un mes, apenas unos días de la metamorfosis, y la metamorfosis de gimnasio la agranda el mensaje inspirador, casi sectario: ‘perseverancia’; ‘sin excusas’; ‘yo he podido’. Así era yo antes, así soy ahora, chavales.

Si a todo esto le unimos que los que más promueven este tipo de fotos spornosexuales y/o etiquetas de anatomías en perpetua formación hacia el canon griego son los millennials, ya tenemos el triángulo perfecto.

-¿Photoshop? Mi esfuerzo es mi Photoshop, me replica. Y termina la frase con un emoji con la lengua fuera.

Como cualquier cuerpo que aún arrastra algo de niñez, necesita un mito, o dos, para construirse asimismo antes de matarlo. De hecho, el millennial spornosexual siempre está en construcción, es una de sus singularidades. Se desnuda como un actor porno, pero machaca sus músculos diariamente como un deportista de élite.

-Cada vez que subo un selfie frente al espejo con una frase inspiradora, gano solo unos 100 likes. Si enseño cómo he logrado marcar sixpack en menos de un mes, supero los 1.000 likes. Es como tomar vitaminas, ¿sabes?

“Los jóvenes en Occidente ahora se enfrentan a un futuro cada vez más incierto, no lograrán lo que tuvieron sus padres (una carrera, un buen trabajo, una casa, una familia). Nuestro aspecto es una de las únicas cosas que parece permanecer bajo nuestro control”, explica en su ensayo Lovelock.

-¿Y cómo vas a contar esto?, me pregunta.

Le menciono a Nacho Vidal y a Cristiano Ronaldo.

-¿Eres del Real Madrid?, me pregunta. (No lo he dicho, pero el millennial es del otro lado del Atlántico).

El fútbol, no lo olvidemos, es global.

El porno es algo más íntimo.

Instagram, en cambio, es el reflejo en el lago, supongo.

Me siento viejo, sin serlo.

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