LITERATURA, ALCOHOL, MUJERES E HIPÓDROMOS
Te voy a contar por qué Charles Bukowski odiaba la marihuana y le daba al alcohol y al sexo
El 16 de agosto de 1920 nació uno de los escritores más populares e iconoclastas del siglo XX. Hubiera cumplido 97 años y estoy seguro de que lo hubiera celebrado, no sé cómo ni con quién, pero seguro que con una botella en la mano. Porque como él solía decir: “si ocurre algo malo bebes para olvidar, si es bueno bebes para celebrar, y si no pasa nada bebes para que pase algo”. La vida de Bukowski fue compleja, intensa, excesiva, hilarante, imprevisible, una vida que nunca está de más recordar.
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Mucha gente da por hecho que Bukowski nació en Estados Unidos, pero no fue así. Nació en una de las ciudades más antiguas de Alemania, Andernach. Su madre era alemana y su padre un soldado estadounidense de ascendencia polaca.
Tras la crisis económica de la Primera Guerra Mundial, en 1923 toda la familia se trasladó a Baltimore y un par de meses después a Los Ángeles, donde vivió el resto de su vida. Para que sonara más americano, al pequeño Heinrich Charles Karl Bukowski empezaron a llamarle Henry. Pero la de la guerra no fue la única crisis a la que tuvo que sobrevivir la familia, ya que el 'Crash del 29' les estaba esperando a la vuelta de la esquina.
El joven Bukowski creció en un barrio pobre, y durante 'La Gran depresión' tuvo que convivir con la miseria y con las constantes palizas de su padre. Mientras tanto, Charles estudiaba periodismo y conseguía unos dólares como friega-platos o aparca-coches.
Empezó a beber, a deambular por las calles, a entablar amistad con los vagabundos y a escribir sus primeros poemas y relatos. Trabajó en Correos, fruto de ello es su primera novela, 'El cartero'. Desde ese momento, nunca dejó de publicar, de hecho siempre fue un escritor bastante metódico y prolífico.
"Yo creo en el alcohol, pero hay que estar en buena forma para poder beber. Tomo buenos vinos, me gusta ser bueno con mi estómago, si soy bueno con él, él es bueno con mi mente, mi mente es buena con mi espíritu y mi máquina de escribir es buena conmigo". Es imposible superar esta aserción de Bukowski en la que, en apenas unas palabras, consigue auto-definirse de una manera tan precisa y certera.
El alcohol, siempre el alcohol. Él decía que sus estados de lucidez los conseguía gracias al alcohol. Las consecuencias de su dipsomanía lo llevaron en más de una ocasión a ser ingresado en hospitales con severas perforaciones de estómago e hígado. No sólo era un alcohólico sino también un jugador empedernido que se gastaba cuanto tenía apostando en las carreras de caballos. Sin embargo, siempre detestó fue la marihuana, de la que decía: "la marihuana es destructiva, si vas a ser algo, sé un alcohólico."
El alcohol era su sangre, era un vampiro del alcohol. Vivía mucho, bebía mucho y escribía mucho, siempre con su vieja Underwood. Lo autobiográfico fue el verdadero protagonista de sus libros y Henry 'Hank' Chinaski su alter ego, su yo de de la ficción alimentado por su yo de la realidad. Obras como 'Factótum,' 'Mujeres' y 'Hollywood,' la que recomiendo especialmente, son una prueba de ello.
Tanto Bukowski como Chinaski fueron cronistas de su realidad y narradores de su tiempo. Siempre estuvo rodeado de personajes marginados de todo tipo, él pertenecía a ese mundo: prostitutas, vagabundos, delincuentes, ludópatas... el lumpen y los losers de una ciudad que los negaba y los rechazaba. Y todo a través del característico realismo sucio bukowskiano influido por autores como: D.H. Lawrence, John Dos Pasos o Ernest Heminway.
A una edad más o menos madura Bukowski empezó a saborear las mieles del éxito. Se convirtió en una Rock Star de la literatura. Las ventas de sus libros crecían. Concedía entrevistas (en más de una ocasión recibía a los periodistas borracho y semi desnudo).
Las mujeres lo acosaban, era el escritor de moda y se vio atrapado en una intensa e incontrolable espiral de sexo. Llegó a afirmar que se acostó con tantas mujeres que perdió la cuenta, de hecho, la antes mencionada 'Mujeres' o 'La máquina de follar' son fruto de aquella época. Un éxito, más celebrado en Europa que en Estados Unidos, donde era reclamado, más como un agitador cultural o un freak mediático que como el escritor leído y respetado que acabó siendo en Europa
Para muchos era un escritor soez, obsceno vulgar, violento, exhibicionista, para otros, alguien que precisamente por ser así era el auténtico, atrevido, distinto, insobornable e irrepetible Charles Bukowski, el poeta maldito e inmortal cuya vida ha sido llevada al cine, sin demasiado éxito, en un par de intentos: 'Barfly' y 'Factotum.'
En 1993 le detectaron leucemia y tuvo que dejar de beber y fumar. Cual fue su sorpresa al descubrir que podía escribir sin alcohol, pero el descubrimiento se produjo a los 73 y poco le duró la alegría, un año después, murió. Un suceso tan rocambolesco que perfectamente podría haberle sucedido, tanto a Bukowski como al propio Chinaski.
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