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EL FEMINISMO ES EL VERDADERO SUPERPODER DE WONDER WOMAN

Te voy a contar por qué Wonder Woman regresa como un icono feminista

Elisa McCausland publica un ensayo que propone un viaje por las mutaciones de una amazona que, casi 80 años después de su creación, resurge como mito popular y con uno de sus atributos más desarrollado que nunca: su feminismo

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¿Qué sabemos de Wonder Woman? Veamos: es un personaje de cómic que nace en la Segunda Guerra Mundial. Es fuerte, ágil, rápida. Y guapa. Está dotada de una amplia gama de poderes sobrehumanos. Vivió sus días de gloria en una serie de televisión setentera. ¿Era una princesa? ¿Una amazona?

¿Qué más? Lleva tiara, brazaletes y corpiño. La iconicidad de su uniforme es incuestionable. Otros datos: muchos han pensado que era el correspondiente femenino de Superman. O su novia. Pero nada de eso, ella eligió que fueran sólo amigos tras una cita con el hombre de acero en una de las entregas. En general, pocas nociones más se manejan si uno no es un aficionado al universo de los superhéroes.

Tengo delante a un compañero, le he preguntado por ella: “Eeeeh... ¿Morena y fuerte, no? De formas contundentes”, me ha contestado.

Cómic de Wonder Woman
Cómic de Wonder Woman | Agencias

Así hasta que llega 2017 y, en pleno boom de la ficción feminista, reaparece en la gran pantalla a bombo y platillo. Y, de pronto, todo es Wonder Woman. Portadas de revistas, libros sobre su historia, largos debates sobre su feminismo o sobre si su indumentaria -también la de la nueva película, que se estrena este viernes- sigue estando pensada para el ojo masculino.

Sin embargo, como todo lo que tiene que ver con la cultura popular, las emociones y el pensamiento, Wonder Woman, especialmente en lo que se refiere a los tebeos de este personaje creado en 1941 por William Moulton Marston, es una especie de guía, un artefacto desde el que poder ver el reflejo de otras ficciones y de la sociedad.

Lo cuenta Elisa McCasusland, periodista, crítica, investigadora y, con gran probabilidad, la persona que más sabe de las mutaciones de la gran Diana a lo largo de su trayectoria. En la editorial Errata Naturae acaba de publicar el ensayo 'Wonder Woman, el feminismo como superpoder', un completo paseo por todas las etapas de un personaje que ha logrado trascender sus propios atributos para subvertir los patrones sociales establecidos.

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Imagen no disponible | Montaje

“Si algo me entusiasma de ella es que se trata de una heroína pensada para el desarme. No es satisfactoria, sino incómoda. Aquellos que la han entendido como un artefacto revelador, capaz de hacer que te cuestiones a ti misma y a tu entorno, han dado con su esencia feminista”, explica la autora a Tribus Ocultas.

A pesar de que es ya casi una octogenaria, de este mito sigue sorprendiendo su esencia, confiesa McCausland. Esto es, la concepción que le dio el clan Marston en el primer guión y HG Peter en las viñetas originales.

“Sobre todo, porque sigue vigente hoy. No es casualidad que los últimos giros del personaje hacia una épica feminista estén nutridos por este redescubrimiento de los orígenes por parte de nuevas generaciones de historietistas y dibujantes. No hablamos solo de un guiño u homenaje, hay un ánimo por recalibrar esas esencias y actualizarlas a nuestros días, lo que me hace sentir cierto optimismo por el futuro de Wonder Woman”.

El viaje que propone McSauland, iluminado por los dibujos de Carla Berrocal y Natacha Bustos, arranca con varias citas. La primera es de Simone de Beauvouir: “No se trata de que la mujer arrebate el poder al hombre. Eso no cambiaría el mundo. Se trata de demoler la concepción establecida del poder”. La última, de la propia Diana: “En Themyscira tenemos un dicho: no mates si puedes herir. No hieras si puedes someter. No sometas si puedes apaciguar. Y no alces en ningún paso tu mano, si antes no la has extendido”. Queda, pues, muy clara la intención de este volumen.

Wonder Woman
Wonder Woman | Agencias

A partir de aquí, los lectores asistirán a un proceso de cambios de Wonder Woman y a las funciones que ha cumplido en cada momento, “como una heroína que sobreviene en muñeca pero que sobrevive para poder renacer de una y otra manera con renovados significados”. Así, vemos a la superheroína, a la amazona del feminismo, al espejo deformante...

McCausland, que ha logrado la hazaña de llegar al estreno sin saber demasiado de la película, cree que lo más interesante es que hayan emplazado la trama en la Primera Guerra Mundial. “Es un cambio que, para los que sabemos de los entresijos del personaje, resulta potente, puesto que hablamos de una época en el que probablemente empezó a emerger de las mentes de sus creadores el mito popular y feminista que luego llegó a ser y que ha llegado hasta nuestros días”.

Preguntada por el poder político de Diana, la ensayista reconoce que, como toda ficción, goza de una capacidad para transformar la visión que tenemos del mundo y de nosotros mismos. “Entender las amazonas como alienígenas, en sentido metafórico, me parece subversivo e inspirador. Necesitamos ficciones que nos impulsen a pensar y pensarnos de maneras diferentes, y Wonder Woman tiene ese potencial”, amplía.

No obstante, no debemos olvidar que estamos ante un icono y una marca, un producto que habla de nuestro presente y de sus servidumbres, pero también de sus horizontes, apunta McCausland. “En estos momentos, Diana de Themyscira es un personaje que trae consigo inspiración y una manera de actuar que nos dice que podemos ser mejores de lo que somos, y eso es importante”.

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Entre los aspectos negativos de Wonder Woman, la escritora destaca que se la haya interpretado en demasiadas ocasiones como un ser en transición, con una personalidad por definir.

“Sin embargo, si hay un personaje que sabe en qué consiste su misión en el amplísimo panteón de superhéroes de la historia del comic-book, es ella. Lo que sucede es que al haber estado sujeta a tantas interpretaciones, muchas de ellas han cuadrado menos con la esencia. También es cierto que la diversidad editorial nos ha dicho cosas muy valiosas sobre los tiempos en los que ha sido escrita y dibujada”.

Con todo, el feminismo es el verdadero superpoder del personaje, como se destaca a lo largo de este libro en el que se reflexiona sobre cómics y sobre sufragismo, sobre la lucha por la igualdad y sobre papel de Wonder Woman en el mundo post 11-S…

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Pero, sobre todo, de por qué esta guerrera nos descubre cómo se organizan los órdenes y cómo se atraviesan: “Nos brinda el superpoder de imaginar y llevar a cabo otras maneras de estar en el mundo más justas”. Diana, en efecto, tenido la capacidad de mutar como producto y de resurgir como feminista ahora, “cuando más se la ha necesitado”, concluye McCausland.

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