MUCHO CUIDADO
Aumentan los casos de sumisión química: ¿qué hacer si te ocurre?
Una nueva forma de sumisión química ha puesto en alerta a la población, y te contamos qué hacer en estos casos.
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Ahora que empieza el mes de agosto, y con ello muchas fiestas patronales, viajes a la playa o celebraciones en discotecas, es importante que seamos conscientes de una desagradable realidad. Desde hace unas semanas, muchas jóvenes están denunciando haber sido víctimas de sumisión química. Te explicamos en qué consiste y qué es lo que hay que hacer frente a esta situación.
Imagina que estás disfrutando de una noche con tus amigos y de repente notas un pinchazo. Pasados unos minutos, comienzas a fijarte que tus músculos se adormecen. Al poco tiempo, notas que pierdes la consciencia y estás más deshinibida. Comienzas a encontrarte semi-inconsciente y con una sensación de obediencia total. Se trata de sumisión química, y en ella la víctima queda vulnerable, y pierde la capacidad del habla y del razonamiento.
Estas sustancias deprimen el sistema nervioso central, por lo que altera (disminuye) el nivel de conciencia, dejando a la persona sin voluntad. El Instituto Nacional de Toxicología informa que 1 de cada 3 violaciones se lleva a cabo con sumisión química.
¿Qué hacer si has notado un pinchazo? Primero de todo, busca en la zona que has sentido ese pinchazo una marca. Es importante que avises a tu círculo más cercano para que estén pendientes de ti y puedan ayudarte.
Acto seguido, avisa a alguien del personal del lugar en el que te encuentres (junto con tus amigos), para poder trasladarte a un lugar más tranquilo desde el que llamar a la policía. Y lo más importante, acude lo antes posible a un centro médico, ya que allí activarán el protocolo necesario para ayudarte.
Estas drogas se utilizan en especial en zonas de ocio nocturno, y son sustancias que desaparecen rápidamente del organismo, por lo cual es de vital importancia que vayas lo antes posible al hospital.
Algo que debemos recordar es que, si te ocurre, eres una víctima y no debes sentir miedo ni vergüenza por pedir ayuda. Lo más importante es la salud y la seguridad de uno mismo. Ojalá podamos salir todas a la calle y disfrutar de la noche sin que ocurran, desgraciadamente, estas situaciones.
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