FOGOSIDAD A PRUEBA
¿Qué hago si mi pareja tiene más apetito sexual que yo?
Tus necesidades sexuales pueden no estar alineadas con las de tu pareja y sobrellevarlo es primordial para que entre vosotros no salten chispas (solo en la cama).
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No hace falta haber estado en una relación sentimental para entender que los derroteros del placer son muchos y variados. Es probable que hayas mantenido una conversación con alguien y te haya sorprendido la cantidad de veces que se masturba a la semana o la poquísima apetencia que tiene por el sexo, ¿de verdad podemos ser tan diferentes?
La vida es un prado repleto de flores silvestres y a no ser que seas un floricultor empedernido es muy difícil que conozcas todas las rara avis del paraje. Trasladando este símil al sexo, en cuanto a líbido no hay nada dicho y del uno al millón hay un amplísimo margen.
Si estás en una relación de pareja compartir tus inclinaciones es tan importante como trabajar la confianza. De nada sirve disfrutar del sexo si luego te sientes frustrado porque no puedes complacer a tu media naranja, no importa si por mucho o por poco.
Si las ganas de mantener sexo es muy dispar, un abismo insalvable por el que ya han surgido los primeros roces, siempre podéis acudir a un profesional. Pero que no cunda el pánico porque suelen ser nimiedades y esto es como cuando no se alcanza el orgasmo al unísono: hay que probar y seguir jugando aunque el partido haya finalizado.
Si habéis asfaltado el camino del amor hasta el final, no deshagáis el camino. Ahora que ambos sois capaces de compartirlo todo, confiésate. Si la fogosidad llama a tu puerta con más asiduidad que a la de tu dupla, la masturbación no es traición. El onanismo es una herramienta válida, con o sin contenido explícito y con o sin juguetes sexuales.
Lo que parece simple se complica cuando aparece la dichosaculpabilidad, ¿te suena? La que puede hacerte creer que hay una ley natural no escrita por la que todos nos excitamos de la misma forma. Nada más lejos de la realidad.
Si tu libido está rozando los suelos, más de lo mismo. Con los años e incluso con los meses es una tarea titánica la de mantenerse al pie del cañón. Muchas veces confundimos sosiego con desgaste.
Sí, por muy joven que seas puede no apetecerte sudar las sábanas en una sofocante noche de agosto y a tu pareja sí, ¿qué problema hay? Si hay roce pero no hay ganas es tan fácil como pasar palabra y que tu compi se desahogue libremente como prefiera, tú a otra cosa mariposa.
Es vital que el deseo no se convierta en presión porque llegados a ese punto poco se puede hacer. De nuevo, los besos y las caricias pueden despertar el cosquilleo pero no avivar la llama y no se acaba el mundo. Que el uno empatice con el otro. Comunicación para que todo vaya sobre ruedas.
Fuera obligaciones en la cama, suficiente tenemos ya. Ten en cuenta que en el día a día uno puede no estar en su mejor momento y el otro estar en la cresta de la ola. El estrés y las preocupaciones son un vil enemigo mata pasiones y la época pasará, no te añadas más doloresdecabeza.
Si sientes que tus necesidades sexuales no son ‘normales’ estos consejos pueden servirte para reiniciar la marcha y enfocar el tema desde otra perspectiva, no como un problema sino como algonatural. Más que un bache, es un momento para conocer mejor a tu dupla y disfrutar de ahí en adelante más de lo que imaginábais.
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