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Escuchamos, pero no juzgamos: ¿en qué consiste el último trend viral de TikTok?
TikTok se está inundando de vídeos de parejas y amigos haciendo el trend de "Escuchamos, pero no juzgamos". Analizamos esta moda viral y compartirmos algunos de los mejores vídeos.
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TikTok es un lugar lleno de challenges y trends que se ponen de moda y se vuelven virales rápidamente, como Give me my money o Hope Core. El último de estos trends en llegar a la plataforma de video corto e inundarla es "Escuchamos, pero no juzgamos", una forma humorística de compartir confesiones, pensamientos o historias.
Este trend, que mezcla humor, empatía y ocasionalmente dosis de incomodidad, está generando numerosos videos virales dentro de la plataforma al invitar a los usuarios a compartir confesiones personales sin temor explícito a la crítica. Sin embargo, como ocurre con estos trends, está desembocando en videos de todo tipo, desde los humorísticos y sarcásticos hasta aquellos que pueden acabar con una amistad.
El concepto es tan sencillo como efectivo: en un video, uno o varios participantes revelan confesiones o pensamientos después de decir la frase: "Escuchamos, pero no juzgamos". La intención es fomentar un ambiente de apertura, empatía y apoyo, donde los usuarios se sientan libres de expresar incluso aquello que podría haber sido considerado tabú.
Sin embargo, la ironía que caracteriza a TikTok transforma muchas de estas confesiones en relatos humorísticos o situaciones incómodas que invitan más a la risa que a la reflexión. Es esta mezcla de vulnerabilidad y humor la que ha ayudado a que el trend se vuelva tremendamente viral, llevando a la creación de miles de videos que oscilan entre lo cómico, lo surrealista y lo profundamente conmovedor.
Algunos usuarios han aprovechado la dinámica para intentar ligar con la otra persona. Un claro ejemplo es la confesión que le hizo Manu Regato a su "amiga" Marina Barrial, diciendo: "Desde hace un mes y medio intento evitar todos los planes a los que vas tú porque me produce ansiedad verte".
También hay casos como el de una chica llamada Mia Castro, que hace el reto con su padre al que le confiesa cosas como que cotillea sus conversaciones en Instagram o que a veces le roba algún euro de la riñonera.
Más drástico es el caso de este gemelo que, cuando su hermano Daniel le confiesa que le ha quitado cinco euros, le suelta una tremenda bofetada que ya han visto seis millones de personas y que, según aseguran, es solo humor.
Pero el más viral de todos es el protagonizado por dos amigas que no acaba nada bien. Una de ellas empieza confesando que se enrolló con el hermano de la otra, y esta después contraataca diciendo que ella se enrolló con el exnovio de la primera después de que lo dejaran.
El fenómeno de Escuchamos, pero no juzgamos no solo ha desatado una ola de creatividad en TikTok, sino que también ha expuesto las complejidades de compartir vulnerabilidades en un espacio público. Aunque la frase que da título al trend promete un entorno libre de juicio, no siempre es así en la práctica.
Otro capítulo aparte es la sección de comentarios de estos videos con millones de visualizaciones, que a menudo está llena de respuestas que oscilan entre el apoyo genuino, el humor sarcástico o la crítica. Por supuesto, el éxito de este trend también pone en evidencia las limitaciones inherentes a las plataformas digitales. ¿Es realmente posible crear un entorno completamente libre de juicio en un espacio público como TikTok? ¿O este trend solo subraya la necesidad humana de conexión y validación, incluso si viene acompañada de risas y sarcasmo?
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