DESTERNILLANTE
Un intento de traducir al alemán la expresión "Menos da una piedra" acaba en un viral ataque de risa
Un usuario de redes sociales se ha hecho viral tras compartir un vídeo en el que muestra el disparatado resultado de intentar traducir al alemán el refrán "Menos da una piedra". Las sucesivas transformaciones de la expresión, cada vez menos coherentes, han provocado carcajadas y reacciones en redes sociales.
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Los traductores automáticos, como el popular Google Translate, son herramientas útiles para interpretar palabras y frases de otros idiomas, evitando tener que recurrir a diccionarios. Sin embargo, estos traductores no siempre logran captar el sentido correcto de algunas expresiones, especialmente cuando se trata de refranes o frases hechas. Y esto es exactamente lo que sucedió cuando un usuario intentó traducir al alemán el refrán español "Menos da una piedra".
El vídeo, muy viral en X (anteriormente Twitter), muestra cómo el traductor fue desvariando al intentar descifrar esta expresión. En el vídeo, el usuario cuenta entre risas: "Quería hacer una respuesta tonta para un Twitch en Alemania, así que puse "Menos da una piedra" en el traductor y me sale esta movida". Al obtener un resultado extraño, el usuario decide llevar a cabo un pequeño experimento: revertir la traducción, es decir, traducir la frase obtenida en alemán de nuevo al español, y así sucesivamente.
El resultado es hilarante: la frase original comienza a transformarse progresivamente, primero en "No importa, una piedra", luego en "Lo que sea, una piedra" y después en "De todos modos, una piedra". En las últimas versiones, el traductor arroja "Al menos una piedra", cada vez más distante de la expresión original. Entre carcajadas, el usuario comenta: "Es como el chiste de Eugenio del eclipse, va desvariando cada vez más. Ay, qué risa".
El vídeo no solo ha provocado la risa de miles de usuarios, sino que también ha dado pie a que otros compartan experiencias similares con traducciones de refranes y dichos. Algunos han aportado ejemplos igualmente absurdos, como "A quien madruga Dios le ayuda" o "Tanto va el cántaro a la fuente...", demostrando que la traducción literal de estos refranes rara vez resulta fiel a su significado real.
Este fenómeno recuerda al clásico juego del "teléfono escacharrado", en el que un mensaje cambia tanto al pasar de una persona a otra que acaba siendo irreconocible. En este caso, el error del traductor se ha convertido en un momento cómico que destaca los límites de estas herramientas y los desafíos que aún plantean las traducciones automáticas para entender contextos y expresiones culturales.
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