PIEDRA, PAPEL, TE GANO
Inventan un robot al que es imposible ganar en "Piedra, papel o tijera"
Existen juegos milenarios a los que hemos jugado todas las personas nacidas y todavía por nacer en nuestro planeta. Juegos que, gracias a su simpleza, logran ser eternos, mientras a la par determinan un claro ganador y un claro perdedor. Este es uno de esos juegos, pero tu rival te derrotará en todas las ocasiones.
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Jugar a piedra, papel o tijera no tiene mucho misterio. Hay tres opciones, cada una derrota y es derrotada por alguna de las otras opciones. Dos jugadores lanzan su movimiento a la vez y la suerte está echada. El ganador se decide en ese instante y lo que tenga que suceder, sucederá. Es un juego con muchos años encima cuya única innovación en la cultura popular es la de Big Bang Theory añadiendo el lagarto y Spock. Una de las claves de su éxito es que es imposible tener una táctica segura para ganar, porque no es predecible… ¿o sí? Alguien ha construido un robot que te va a ganar todas las veces.
Un pequeño ordenador, una cámara y un motor para mover el brazo. El método consiste en detectar pequeños movimientos de la mano para determinar qué va a sacar la persona que está enfrente. Se mueve a la misma velocidad que el sujeto de pruebas y siempre gana. Su creador está tan seguro que hasta ofrece una recompensa monetaria a quien logre superar a su máquina. Nada mal, ¿verdad? Como poco merecería la pena intentarlo y ver si puedes engañarle con algún pequeño movimiento extra. ¡O usando las dos manos a la vez!
Eso sí, aunque no puedas ganarle a este robot, sí que puedes intentar aumentar tu ventaja cuando juegas con personas. Lo primero de todo es jugar a varias rondas, ya que es un proceso acumulativo. Lo segundo es recordar el orden del juego: piedra, papel y tijeras. Si ganas, muévete uno para delante. Si pierdes, uno para atrás. Utilizando este método, aumentarás tus posibilidades, ya que estarás jugando con los comportamientos más habituales de las personas cuando ganan y pierden. Quien gana, suele mantenerse en su decisión. Quien pierde, suele ir al siguiente objeto.
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