MR HATEFUL
La reflexión de Ibai contra la filosofía barata: "No me jodas tío"
El típico cartelito de deseos buenrolleros desata la ira (simulada) del streamer, en un sentimiento con el que se han identificado varios miles de followers.
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Muchos gurús norteamericanos de autoayuda hablan del término PMA como un concepto básico para triunfar en la vida. Son las siglas en inglés de Actitud Mental Positiva, y pese a que esa vertiente filosófica tiene casi un siglo de antigüedad, podemos verla todos los días en camisetas, fundas de móvil o tazas que nos recuerdan, y casi obligan, cómo ser felices.
"Gritar solo de alegría", "Enfadarse muy poco" o "Saber perdonar" son algunos ejemplos que Ibai leía a diario en un cartel colgado de su inmensa mansión. Y no eran consejos sino "Normas de la casa". Como comprenderá cualquiera que siga al streamer, gritar solo de alegría, enfadarse poco o perdonar no son cosas compatibles con su día a día.
Por si acaso no quedara claro el vasco se ha ocupado de aclarar por qué no está de acuerdo con el eslogan PMA que decoraba su hogar: "Este cartel me lo paso por el forro de los cojones y me cago en su puta madre". Mostrando un exagerado pero realista mosqueo, añade: "Ya me ha puesto de mala hostia".
El cabreo tiene una explicación obvia, y es que el entorno laboral en el que se mueve no deja hueco para el perdón frente a los troleos o lo de "besarse mil veces al día", como propone el letrero. "¿Cómo voy a cumplir estas cosas si entro en el Minecraft y tengo cinco ovejas de colores y una escalera de vacas sin cerdos? No me jodas".
Su tránsito por Tortillaland le está pasando factura por eso de ser el que menos experiencia tiene en el universo cuadriculado entre los participantes, pero su impostado cabreo ha arrasado como un ataque claro a la filosofía barata.
El cartel de estética Mr. Wonderful se puede ver en multitud de establecimientos y hogares españoles, un tipo de consejos (u obligaciones) celebrado por unos y detestado por otros. Lo último que necesita Ibai en sus streams es eso de "abrazarse muy fuerte" no tiene cabida, aunque lo de reírse todos los días está garantizado sin un cartel que se lo recuerde. Menos mal.
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