CIERRABARES
La reseña negativa de un restaurante más indignante: "El dueño no sabía que os ibais a quedar a vivir allí"
Un grupo de clientes reservaron mesa en un chiringuito de Alicante y dejaron una reseña negativa tan absurda que ha llegado a Twitter, donde nadie está de acuerdo con las quejas de los comensales.
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Pasar el día en la playa siempre es un buen plan, pero muchas horas en la tumbona pueden aburrir a cualquiera. Por eso los chiringuitos son el lugar ideal en el que refrescarse y tomar algo a la sombra.
Para mucha gente es el lugar ideal donde aprovechar para comer después de toda la mañana en la playa, e incluso quedarse un ratito más a tomarse un digestivo. Pero lo del grupo de clientes que protagoniza este tuit viral está a otro nivel.
La popular cuenta de humor de Twitter @BarDePueblo1, de 56 mil seguidores, está acumulando miles de 'me gusta' en esta publicación acerca de la reseña que dejaron un grupo de comensales en un chiringuito de Alicante.
Según se puede leer en la 'review', los clientes habían reservado mesa para seis personas a las 15h. Con todo, terminaron de comer aproximadamente a las 17:30h. Pero al parecer la cosa se acabó alargando, pidieron unas copas y les dieron las 19:30h, y ahí es cuando comienza el drama.
"A las 19:30 nos llega un camarero para decirnos que a las 20:30 tienen una reserva en nuestra mesa, cosa que no nos habían informado cuando hicimos la reserva", dice la reseña. Esto, que es perfectamente lógico, a los clientes no se lo pareció tanto.
Según continúa la reseña: "Le decimos que sin problema, que nos ponga en otro sitio, y nos dice que está todo reservado. A las 20h vuelve, que estábamos terminando la copa, y ya nos pone el reservado de la siguiente reserva y demás".
Los del chiringuito, al ver que los clientes que llevaban ahí todo el día y a los que habían avisado de que su mesa estaba reservada para la cena, optaron por volver a avisarles empezando a recoger su mesa y poniéndoles el típico cartelito de "reservado". Algo que no les hizo ni pizca de gracia, hasta el punto de pedir la hoja de reclamaciones.
El cliente que escribe la reseña se escuda de la siguiente manera: "creo que echarte así indirectamente no está bien si no informas (cuenta de 400€) que no estábamos tomando una copa solo, y nos hubieramos quedado y cenado seguramente".
La cosa acaba en que, al pedir la hoja, los empleados del chiringuito no tuvieron muy claro como cumplimentarla, de lo que también se queja el autor de la reseña. "Solo quiero decir que hay que informar a los clientes si tienen normas de comidas y cenas y en su caso opciones y formar más al personal para que sepa qué es una hoja de reclamaciones y como se rellena", comenta.
Respecto a esto último, la cuenta de Twitter que comparte esta locura aprovecha un segundo tuit para defender a los del chiringuito: "Dice que no sabían cumplimentar una hoja de reclamaciones ni que ejemplares eran para cada uno,como si fuera algo lamentable. PORQUE HACEN LAS COSAS BIEN Y NUNCA SE LA HAN PEDIDO, IDIOTA".
Ya hacia el final de la kilométrica reseña, después de arremeter un poco contra los camareros del sitio, el cliente concluye la queja de la manera más inesperada. En vez de soltar que jamás volverá y que piensa boicotear el local, dice todo lo contrario.
En un giro de los acontecimientos, de repente la crítica pasa a ser algo constructiva: "Por lo demás sitio bueno y buena comida, precio medio y seguramente volveremos porque nos gusta y vamos todos los años... pero este año no han estado acertados en la información al cliente".
Las bromas no han cesado en las respuestas y en los citados del tuit de @BarDePueblo1. Algunos han compartido lo que harían de estar en el lugar de los camareros: "yo les digo que el precio de la noche es de 300€ por silla, que está incluido el desayuno, no vaya ser que también quieran dormir ahí.
Hay personas a las que les encanta pasar un rato en el chiringuito y luego está esta gente, quienes se pasaron nada menos que 6 horas seguidas ahí sentados. Si no les hubieran echado del sitio, a saber hasta cuando hubieran aguantado. Mejor no imaginar el estado en el que se encontrarían después de no sé cuantas copas.
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