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Sobrevivir sin Internet: el reto cumplido que la mayoría encontrarían imposible
Es difícil imaginar ya nuestro día a día sin acceso a internet. La cantidad de herramientas que nos facilitan nuestras tareas se unen a una adicción a las redes sociales que crean un panorama difícil de cambiar. ¿De verdad puedes sobrevivir sin internet en 2024?
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¿Cuántas horas al día pasas conectado? Si no te da miedo, puedes comprobarlo en los ajustes de tu móvil. Por lo pronto, si tienes una jornada laboral de ocho horas que depende de que estés sentado al ordenador para realizar tus tareas, eso son ocho horas que pasas en internet de uno u otro modo. Añade los momentos en la comida o el transporte público en los que sacas el móvil un rato, así como esos instantes antes de dormir en los que decides ver un TikTok, dos, tres… Los que surjan, es solo un ratito, ¿verdad? Y eso sin empezar a mirar a la gente que necesita su teléfono por cuestiones médicas.
Dicho todo esto, la respuesta a "¿Puedes sobrevivir sin internet en 2024?" parece ser un rotundo no. Sin embargo, podemos mirar al pasado para encontrar una posibilidad. Y es que entre 2012 y 2013 el periodista Paul Miller realizó ese mismo experimento durante un año. Claro, contaba con la ayuda de su empresa, que apoyó su propuesta y le garantizó poder registrar su día a día. Pero, a fin de cuentas, es un ejemplo de que, con propósito y constancia, se puede. Lo interesante, eso sí, está en sus reflexiones cuando acabaron aquellos 365 días. Paul esperaba encontrar una versión mejorada de sí mismo, pero lo único que encontró fue… la realidad.
Sí, en los inicios hubo un impulso por hacer más, escribir más, salir más, descubrir nuevos hábitos… pero luego todo se fue desinflando. Dejó de estar tan presente en su nueva vida, perdió contacto con algunos amigos, no prestó atención a nuevos hobbies… Sí, puedes vivir sin internet en pleno 2024, pero eso no va a solucionar tus problemas. No va a suponer una revelación que garantice que has abierto tus ojos a una nueva verdad. Vivir sin internet es solo otro camino para encontrarse a uno mismo, pero no te va a regalar nada nuevo. Vigilar tu uso de las redes es sano, pero al final del día la verdadera salud está en cuidar de uno mismo, sea con las herramientas que sean.
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