CONVINCENTE
El truco de la gelatina: cómo una tiktoker australiana explica que las turbulencias en vuelo no son peligrosas
Si tienes miedo a volar, no puedes perderte el vídeo de esta tiktoker australiana que explica por qué no deberías de temer las turbulencias.
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Con la llegada de septiembre, ya nos estamos despidiendo de las vacaciones de verano. Durante este tiempo, son muchos los millones de personas que han tenido que coger un vuelo para disfrutar de su escapada estival. Sin embargo, para muchos, el viaje en avión supone enfrentarse a uno de los miedos más comunes: la aerofobia. Según estudios, una de cada tres personas padece este temor, y entre los factores que lo intensifican, las turbulencias ocupan un lugar destacado.
Las turbulencias, esos movimientos bruscos del avión provocados por cambios en las corrientes de aire y diversas condiciones meteorológicas, son vistas con frecuencia como un riesgo potencial para la seguridad del vuelo. No obstante, esta percepción está lejos de la realidad. Las turbulencias, aunque incómodas, no representan ningún peligro real para la integridad de la aeronave.
Para desmitificar este temor, la tiktoker australiana Anna Paul ha recurrido a un ingenioso y viral método que ha captado la atención de miles de personas en las redes sociales: el truco de la gelatina. En su vídeo, Anna utiliza una gelatina para representar el aire, mientras que una servilleta arrugada simboliza el avión. Al agitar la gelatina, simula las turbulencias que se experimentan durante un vuelo.
"Este consejo sirve para no tener miedo de volar", explica Anna al iniciar su demostración. Mientras golpea la gelatina, la servilleta permanece en el centro, apenas moviéndose. "Mira, no sube ni baja. Está atascado allí porque hay presión proveniente de arriba, abajo y los lados", añade. Con este sencillo experimento, la tiktoker ilustra cómo el avión se mantiene seguro en el aire, sin importar lo que ocurra alrededor.
Este método ha generado un gran interés, especialmente entre aquellos que sufren de aerofobia. La explicación visual y clara de Anna Paul refuerza la idea de que, pese a la sensación inquietante que pueden producir, las turbulencias no son más que una molestia pasajera, y los aviones están diseñados para soportarlas sin problema. Así, el truco de la gelatina se ha convertido en una herramienta efectiva para que más personas enfrenten su miedo a volar con mayor tranquilidad.
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